Visitas Almagro Post

viernes, 27 de diciembre de 2013

El rey pasmado

Navegando por la Red
De todos los análisis que hemos leído sobre el reciente discurso navideño del rey Juan Carlos, nos quedamos con el publicado en cuartopoder por Javier Pérez De Albéniz, el 26 de diciembre.

Como gato panza arriba, el rey Juan Carlos se defendió de la realidad y se aferró a su sillón. Con uñas y dientes, con frases huecas, con metáforas baratas, con compromisos absurdos, como si la corrupción política y monárquica le pillasen por sorpresa, de sopetón. Como si fuera cosa de otros.  Pasmado ante la situación que vivimos, en su discurso de Navidad el rey cazador aseguró asumir “las exigencias de ejemplaridad y transparencia que exige la sociedad”. Invocó “el espíritu de la Transición”, pidió “la actualización de los acuerdos de convivencia”, y se atrevió a hablar de moral y de compromiso ético. Un poco tarde, ¿no le parece, majestad?
ç
 El padre de la primera desimputada de España se acordó de los ciudadanos que lo están pasando mal con la crisis, y que encuentran apoyo en la familia. Qué terrenal y afectuoso, ¿verdad? Nos recordó en qué gran país vivimos, y apeló al esfuerzo colectivo: “juntos podemos”. Pero lo cierto es que, tópicos aparte, parecía que tenía la cabeza en otras cosas. Quién sabe si en alguna inminente reforma de su flamante pabellón de caza.

“La sociedad reclama un profundo cambio de actitud”, dijo Juan Carlos mientras acomodaba su trasero en la butaca. No se entera de nada. Lo que la sociedad reclama es, en primer lugar, autocrítica. Dar ejemplo. Menos palabrería y más responsabilidad. Mano dura, verdadera actitud de líder. Porque para creer en un verdadero cambio de actitud, en el famoso compromiso ético, sería necesario afinar la puntería: los responsables de la crisis son estos, los ladrones aquellos, y los corruptos esos que se esconden tras la unidad de España. Pero me temo que Juan Carlos no está dispuesto a señalar a sus colegas, a sus socios, a su hija y a su yerno. Los cambios de los que habla son tan profundos que deberían ir mucho más allá de la simple actitud: implican importantes relevos generacionales y políticos. Olvide de una vez la Transición, salga de la burbuja, pise el suelo y reconozca que son usted y los suyos quienes están poniendo nuestra democracia contra las cuerdas.

Sí, usted y los suyos. “Debemos mejorar la calidad democrática”, insiste Carlos Floriano, portavoz del Partido Popular encargado de valorar el discurso del Rey. Mejorar la calidad democrática, propone Floriano solo unas horas después de que sepamos que en la sede de su partido borraron los correos del extesorero Lapuerta y del exgerente Páez. Mejorar la calidad democrática, sugiere Floriano apenas un día después de que su partido premie a Gabriel Cañellas, el expresidente balear que dimitió por el llamado “caso Soler”.

Y a todo esto, ¿Qué fue del PSOE? “Un discurso comprometido, cercano y realista”, dijo la portavoz de los que se autodenominan socialistas, feliz con la palabrería del rey pasmado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario