Los tiempos están cambiando en el mundo de la comunicación política, la realidad es tan dura, tan cruel, tan palpable, que los mensajes que intenten seducir a la ciudadanía fracasarán, y aún más, caerán en el ridículo más espantoso, si no están conectados a esa realidad.
El número de parados en Castilla-La Mancha supera a la población de la provincia de Cuenca o la de Guadalajara, la situación es insostenible. Pero el Gobierno de Castilla-La Mancha lanza una campaña publicitaria diciendo que tiene un Plan. Y todos los vecinos de esta tierra se preguntan: ¿Qué Plan? Porque hasta ahora lo único que han visto son despidos masivos en empresas y en los servicios públicos que dependen de ese gobierno, ese que dice tener un Plan. ¿Es ese el Plan?
Para colmo, se gastan 2 millones de euros en propagarlo, de los que una cuarta parte pasarán a engrosar la cuenta de ganancias de algún empresario amigo de la comunicación.
Cospedal tiene el mismo Plan para Castilla-La Mancha que tiene el Gobierno de España para nuestro país y que contemplamos en la patética rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado el pasado viernes. Ninguno, sólo resignación. Lo que sucede es que algunos ministros (no Rajoy que ya no aparece ni en plasma) por lo menos lo dejaron claro. Aquí, sin embargo, alguna lumbrera se ha creído que esto es como en los viejos tiempos. Que haciendo campañas publicitarias vacuas y eslóganes ocurrentes van a convencer a la gente. Es muy difícil, con más de 311.000 parados, todo el mundo está afectado. Se podían haber ahorrado el dinero, o haberlo empleado mejor.
El número de parados en Castilla-La Mancha supera a la población de la provincia de Cuenca o la de Guadalajara, la situación es insostenible. Pero el Gobierno de Castilla-La Mancha lanza una campaña publicitaria diciendo que tiene un Plan. Y todos los vecinos de esta tierra se preguntan: ¿Qué Plan? Porque hasta ahora lo único que han visto son despidos masivos en empresas y en los servicios públicos que dependen de ese gobierno, ese que dice tener un Plan. ¿Es ese el Plan?
Para colmo, se gastan 2 millones de euros en propagarlo, de los que una cuarta parte pasarán a engrosar la cuenta de ganancias de algún empresario amigo de la comunicación.
Cospedal tiene el mismo Plan para Castilla-La Mancha que tiene el Gobierno de España para nuestro país y que contemplamos en la patética rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado el pasado viernes. Ninguno, sólo resignación. Lo que sucede es que algunos ministros (no Rajoy que ya no aparece ni en plasma) por lo menos lo dejaron claro. Aquí, sin embargo, alguna lumbrera se ha creído que esto es como en los viejos tiempos. Que haciendo campañas publicitarias vacuas y eslóganes ocurrentes van a convencer a la gente. Es muy difícil, con más de 311.000 parados, todo el mundo está afectado. Se podían haber ahorrado el dinero, o haberlo empleado mejor.
El mejor aparato de propaganda lo podría realizar personalmente la propia Cospedal, recorriendo nuestra región y viendo lo que hay, y en la medida de lo posible, intentar paliarlo. Pero ya hace mucho tiempo que tenemos claro que no le gusta ni nuestra tierra ni nuestra gente, que prefiere vivir su aventura madrileña (hoy malaventura) y pasar por aquí sólo de forma 'diferida'. La pasada semana visitó China, como secretaria general del Partido Popular, invitada por el Partido Comunista. Una semanita para quitarse de en medio con la que está cayendo con el 'caso Bárcenas'
DCLM 29 de abril