No es tarea sencilla construir la identidad de un territorio. Hasta el propio término "castellano-manchego" era más complicado que decir canario, asturiano o extremeño. Había que unir provincias que no se sintieron nunca antes hermanas, el territorio era muy extenso y poco poblado. A un ciudadano de Albacete, por ejemplo, le importaba muy poco lo que pasara en Toledo, apenas existían buenas comunicaciones por carretera o por ferrocarril...Pero se consiguió, lo hizo José Bono y eso hay que reconocérselo sin dejar lugar a ninguna duda.
Bono no solo impulsó la creación de Castilla-La Mancha sino también el orgullo de ser castellano-manchego y no para creernos el ombligo del mundo pero sí para luchar por nuestra tierra, por nuestros intereses y por nuestro futuro. Bono nos recordó aquella frase de Machado: "nadie es más que nadie".
Y tanto es así que el propio Bono "era Castilla-La Mancha" porque demostró que nuestra Región era lo que más le importaba por encima incluso de los intereses cruzados del gobierno del Estado cuando su presidente pertenecía a su mismo partido, el PSOE.
Bono dio, en aquellos viejos coches que ahora subasta Cospedal, varias vueltas al mundo sin salir de Castilla-La Mancha. No había pueblo que no conociera por pequeño e insignificante que pareciera, conocía a miles de vecinos por sus nombres, era para ellos un orgullo recibir un abrazo del Presidente de Castilla-La Mancha y mucho más recibir una carta de Bono que muchos enmarcaban y colgaban en las paredes de sus casas.
Es más fácil destruir una identidad que construirla. Lo hemos comprobado en tan solo tres años de gobierno de Cospedal, tras el gobierno de Barreda que, se quiera o no, siguió con el proyecto de Bono construyendo Castilla-La Mancha
Bono no solo impulsó la creación de Castilla-La Mancha sino también el orgullo de ser castellano-manchego y no para creernos el ombligo del mundo pero sí para luchar por nuestra tierra, por nuestros intereses y por nuestro futuro. Bono nos recordó aquella frase de Machado: "nadie es más que nadie".
Y tanto es así que el propio Bono "era Castilla-La Mancha" porque demostró que nuestra Región era lo que más le importaba por encima incluso de los intereses cruzados del gobierno del Estado cuando su presidente pertenecía a su mismo partido, el PSOE.
Bono dio, en aquellos viejos coches que ahora subasta Cospedal, varias vueltas al mundo sin salir de Castilla-La Mancha. No había pueblo que no conociera por pequeño e insignificante que pareciera, conocía a miles de vecinos por sus nombres, era para ellos un orgullo recibir un abrazo del Presidente de Castilla-La Mancha y mucho más recibir una carta de Bono que muchos enmarcaban y colgaban en las paredes de sus casas.
Es más fácil destruir una identidad que construirla. Lo hemos comprobado en tan solo tres años de gobierno de Cospedal, tras el gobierno de Barreda que, se quiera o no, siguió con el proyecto de Bono construyendo Castilla-La Mancha
No es tarea sencilla construir la identidad de un territorio. Hasta el propio término "castellano-manchego" era más complicado que decir canario, asturiano o extremeño. Había que unir provincias que no se sintieron nunca antes hermanas, el territorio era muy extenso y poco poblado. A un ciudadano de Albacete, por ejemplo, le importaba muy poco lo que pasara en Toledo, apenas existían buenas comunicaciones por carretera o por ferrocarril...Pero se consiguió, lo hizo José Bono y eso hay que reconocérselo sin dejar lugar a ninguna duda.
Bono no solo impulsó la creación de Castilla-La Mancha sino también el orgullo de ser castellano-manchego y no para creernos el ombligo del mundo pero sí para luchar por nuestra tierra, por nuestros intereses y por nuestro futuro. Bono nos recordó aquella frase de Machado: "nadie es más que nadie".
Y tanto es así que el propio Bono "era Castilla-La Mancha" porque demostró que nuestra Región era lo que más le importaba por encima incluso de los intereses cruzados del gobierno del Estado cuando su presidente pertenecía a su mismo partido, el PSOE.
Bono dio, en aquellos viejos coches que ahora subasta Cospedal, varias vueltas al mundo sin salir de Castilla-La Mancha. No había pueblo que no conociera por pequeño e insignificante que pareciera, conocía a miles de vecinos por sus nombres, era para ellos un orgullo recibir un abrazo del Presidente de Castilla-La Mancha y mucho más recibir una carta de Bono que muchos enmarcaban y colgaban en las paredes de sus casas.
Es más fácil destruir una identidad que construirla. Lo hemos comprobado en tan solo tres años de gobierno de Cospedal, tras el gobierno de Barreda que, se quiera o no, siguió con el proyecto de Bono construyendo Castilla-La Mancha
Bono no solo impulsó la creación de Castilla-La Mancha sino también el orgullo de ser castellano-manchego y no para creernos el ombligo del mundo pero sí para luchar por nuestra tierra, por nuestros intereses y por nuestro futuro. Bono nos recordó aquella frase de Machado: "nadie es más que nadie".
Y tanto es así que el propio Bono "era Castilla-La Mancha" porque demostró que nuestra Región era lo que más le importaba por encima incluso de los intereses cruzados del gobierno del Estado cuando su presidente pertenecía a su mismo partido, el PSOE.
Bono dio, en aquellos viejos coches que ahora subasta Cospedal, varias vueltas al mundo sin salir de Castilla-La Mancha. No había pueblo que no conociera por pequeño e insignificante que pareciera, conocía a miles de vecinos por sus nombres, era para ellos un orgullo recibir un abrazo del Presidente de Castilla-La Mancha y mucho más recibir una carta de Bono que muchos enmarcaban y colgaban en las paredes de sus casas.
Es más fácil destruir una identidad que construirla. Lo hemos comprobado en tan solo tres años de gobierno de Cospedal, tras el gobierno de Barreda que, se quiera o no, siguió con el proyecto de Bono construyendo Castilla-La Mancha
Fuente.- dclm de hoy