La actualidad ayer en Almagro estuvo destacada por el homenaje y corona de laurel en el monumento a M.Ängel Blanco, a los 18 años de su fatídico y vil asesinato por los terroristas de Eta.
En su momento estuvo bien el monumento rotonda, que no debía llevar ningún nombre, sino incluir a todos los demócratas y ciudadanos que han dado su vida frente a los malnacidos.
Pero creemos que tampoco procede que todos los años lleven la autoridades una corona de laurel a dicho monumento, por una temática que nos pilla un poco alejada a los almagreños.
Que el mes de gobierno de una nueva Corporación Municipal la hayamos celebrado con este acto, dice muy poco de una nueva etapa de innovación, propuestas novedosas y acciones de futuro.
Deberíamos mirar más al futuro y no realizar propuestas repetitivas de los anteriores gestores. La gobernanza de una ciudad no debe descansar en el aburrimiento de lo repetitivo.
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