El alcalde de Villares del Saz (Cuenca), José Luis Valladolid, es la última perla descubierta por los discípulos de Wittgenstein, Fodor, Russell y otros. Les permite actualizar las enseñanzas sobre el lenguaje como delator del pensamiento.
De mozo ,el tal Valladolid, hizo novillos el día que el profesor explicó en clase que el pensamiento es la representación mental de la realidad. De la de cada hijo de vecino, claro. La suya quedó perfectamente expresada cuando convirtió en palabras el ataque de contrariedad sufrido por una genérica petición de la portavoz del PSOE castellano-manchego, Cristina Maestre.
Maestre se había limitado a pedir al PP que deje trabajar al nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha. Entonces el alcalde resopló en su cuenta de Facebook con una delicada caracterización de la portavoz socialista: “¿Pero qué dice esta puta barata podemita?”. Y a renglón seguido, un fino proceso de intenciones políticas a la interpelada: “Lo que pasa es que lleváis cuatro años sin robar y sin colocar a dedo a todos los lamepollas del PSOE”.
Antes de que su partido le proponga como candidato a ocupar un sillón en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, el alcalde de Villares (574 habitantes, a 51 kilómetros de Cuenca), debería comparecer en las clases prácticas de la Universidad sobre Filosofía del Lenguaje. Como prueba de convicción de la famosa tesis del Tractatus: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”.
Fuente.- el confidencial de hoy
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