Escribe sus propios discursos. Rara vez ha pisado un plató de televisión ni participado en choque alguno de ambiciones. No ronda los 40, sino que le faltan tres para los 70. Pero no, no es vieja política, es simplemente política. Hacía tiempo que un discurso no sonaba tan joven y tan limpio. Justo el día en que se cumplía el primer aniversario de Pedro Sánchez al frente del PSOE y Ferraz emitía un vídeo promocional, justo el día en que los socialistas madrileños -tan dados al "canibalismo"- libraban su enésima batalla por el poder orgánico, su voz removió conciencias y conmovió al socialismo.
Javier Fernández Fernández (Mieres, Asturias, 1948) se ha convertido sin pretenderlo en referente intelectual del socialismo porque ni participa de conspiraciones ni jalea batallas cainitas como las que animan los que pusieron a Sánchez y meses más tarde sentenciaron su muerte. Quizá sea de entre todos los barones del PSOE el único que no es "susanista" ni "pedrista". Sólo es socialista. Nada más y nada menos en estos tiempos en los que en el partido del puño y la rosa -que ya no luce ni la rosa ni el puño- todo parece relativo y todo se decide en función de la coyuntura, la lucha por el poder y los focos.
Escuchar el discurso de su toma de posesión fue un baño de modestia y humildad, un soplo de aire fresco en medió la hoguera de las vanidades en que se ha convertido el PSOE de los últimos tiempos. Las suyas fueron palabras de alguien con convicciones muy profundas, que no oculta su ideología ni su edad y que distingue con tanta sencillez como sinceridad lo mediático de lo político: "...Seguiré leyendo, estudiando y preparándome. Porque continúo sin creer que el abuso de la escenografía y el uso instrumental de un arsenal de consignas, simplificaciones y tópicos repetidos ad nauseam sean condiciones inexcusables de la buena política. No afirmo que todos los políticos sean mediópatas que se consumen por aparecer: simplemente, reconozco que hay quien tiene un estilo popular sin populismo; yo, no..."
¿A quién han escuchado en el PSOE semejante carta de presentación? "Estudio, trabajo, verdad, honradez, seriedad y un punto de coraje". ¿Alguien que piensa "más en el trabajo que en el espectáculo, en la fuerza terrible de la verdad y en el indispensable valor"? Y que además sabe hacia dónde avanzar: hacia la pujanza económica, la fortaleza social y la regeneración democrática. Refugiado en las paredes del Principado a Javier Fernández le molesta el resentimiento y la incapacidad de aceptar los resultados. También en el PSOE porque en su partido tampoco hay vieja y nueva política, sino buena y mala política, y a la mala, como él dice, "le revientan las costuras enseguida".
Fuente( Esther Palomera.- huffington post)
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