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viernes, 22 de febrero de 2013

Otro punto de vista

 Al coincidir plenamente con su análisis, nos congratula trasladar a este Blog la opinión y el análisis de Victoria Lafora, sobre el reciente debate del Estado de la Nación, publicado en el digital El Plural.com , de fecha 21 de febrero actual. Textualmente dice:

"No resulta baladí el empecinamiento del presidente del Gobierno en no pronunciar el fatídico nombre de Bárcenas. Forma parte de su estrategia política de vencer al adversario por agotamiento, de su resistencia pétrea frente a la realidad cuando esta le es adversa.
Como los niños pequeños que se esconden tapándose los ojos, Rajoy cree que lo que no se menciona no existe, que el silencio lleva al olvido. Puede que haya llegado a un pacto con el innombrable para que calle todos los secretos que guarda y que podrían hacer saltar por los aires a su gobierno y a su partido y que ese pacto consista en “yo no te menciono pero te sigo pagando y eres uno mas de los nuestros”.
Solo desde la impunidad que otorga la frágil memoria colectiva y el desesperante tiempo de resolución de la Justicia, en los casos de corrupción, se puede entender su actitud. Ayer, en el Debate sobre el Estado de la Nación, se vio claramente que teme más a los suyos que a la adversa opinión pública.
El tono y el contenido de su intervención fue un claro mensaje de autoafirmación hacia sus escaños. Habló mas fuerte de lo normal, con más contundencia de la habitual y vino a decir que sin él este país se habría hundido. Se había preparado para un combate cuerpo a cuerpo con cada uno de sus oponentes, temía que le sacaran a relucir el caso Bárcenas en todas sus variantes y sacó pecho advirtiendo de que no se dejaría tumbar fácilmente.
A Rubalcaba le pesó en exceso su larga trayectoria y el sentido de Estado que otorga el haber participado en tantos gobiernos. Hizo un discurso brillante, posiblemente el mejor desde que lidera el PSOE. Pero, sobre todo, entonó un mea culpa por no haber atajado las dramáticas consecuencias que la crisis ha provocado en los mas débiles.
El reconocimiento de los errores es una forma de acercarse a una sociedad que ayer estuvo ausente del hemiciclo, a la que el Gobierno no dedicó ni una mirada solidaria o compasiva. Los que se han quedado en el camino por las estrictas medidas de ajuste de las que tan ufano se siente Rajoy no existen en la concepción política del PP. Parados, desahuciados o enfermos son los damnificados necesarios para salir a flote de la crisis; los daños colaterales.
Las medidas de incentivación del empleo juvenil son el intento de recuperar una generación sin la cual no hay futuro para este país. Pero hay que salvar a los mejores, apoyando los colegios concertados con solidos principios morales. Los alumnos de la pública conformaran la necesaria clase obrera e irán a la ponderada formación profesional. De la desigualdad , de la exclusión social a la que se está viendo condenada una clase media que creían tener asegurado el porvenir, ni una palabra. Son, como Bárcenas, los innombrables y ya se sabe que lo que no se menciona no existe.
Si Rajoy pretendió exorcizar la corrupción que les acogota acertó con los suyos. Si lo que pretendía era convencer a la opinión pública fracasó. Antes de que entren en vigor todas las medidas que propuso contra la corruptos la gente quiere saber si en su partido, el PP, corrían los sobre de dinero negro. Esa es la explicación que espera la ciudadanía".
Victoria Lafora es periodista y analista política


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