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miércoles, 13 de febrero de 2013

Carnaval, con recortes.

Estamos en plenas fiestas de carnaval, un tiempo de desahogo, un tiempo para ocultarse de la realidad. En todo el periodo democrático fiestas recuperadas para la crítica, la ironía social y hasta para exponer personalidades que llevamos ocultas en nuestra vida diaria.El carnaval es todo un divorcio con el aburrimiento.Y sería un buen motivo para el imán turístico.
Pero el carnaval con sus banalidades también pone al descubierto los secretos municipales. En Almagro, como en todos los pueblos de nuestra provincia,está el carnaval 2013 en pleno apogeo, aunque un poco recortado sobre ediciones anteriores.No entramos a valorar su programación. Si lo comparásemos con localidades de nuestro entorno,Bolaños, Daimiel o Pozuelo, la cosa estaría chunga; perderíamos por goleada.

Lo que resulta sintomático en esta edición almagreña es la transformación del denominado Palacio del Carnaval, la habitual carpa se ha disfrazado de una nave municipal donde guardan trastos durante todo el año. El Palacio ha venido a menos y ha florecido un trastero adornado para la ocasión.¿No había otra solución?. En Bolaños ,siguen teniendo Palacio del Carnaval. En Valdepeñas, han vuelto a utilizar el Casino de toda la vida.
El recorte de la Carpa de Carnaval es debido a la situación volátil, débil,mustia, de las finanzas municipales.No puede existir otra explicación. Pero se debería ser transparente y decirlo.Las debilidades del Ayuntamiento son las debilidades de los actuales gestores muncipales.Llevan seis años disparando con polvora del rey en sus gastos corrientes. Y ahora vienen los problemas de enfermedad presupuestaria.

 Nuestro Ayuntamiento tiene poco margen de maniobra. Tiene que cumplir ciertos requisitos: límite del déficit, límite de gasto y límite de endeudamiento.Debe aprobar y liquidar presupuestos sin la mas mínima desviación. Puede aumentar su gasto en 2013 con un límite de 1,7%.Tampoco puede acudir a endeudamiento sin cumplir otros requisitos más duros y exigentes. La autonomía municipal está en entredicho, el Ministerio de Hacienda lo tiene intervenido y tutelado.Por eso no hay Carpa o Palacio del Carnaval.Se acabaron los brindis al sol. No es que haya llegado Don Carnal. Quien ha llegado es Dña. Austeridad.Ahora es cuando se requieren gobernantes con imaginación. Y líderes que, a ser posible, no cobren tanto cada mes.Quizás con el sueldo anual de algún concejal de gobierno liberado en el Ayuntamiento de Almagro, sí habría para un Palacio de Carnaval sin trastos ni cartones.




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