Lo dijo el expresidente de Uruguay José Múgica al explicar la diferencia entre las propuestas y las acciones cuando llegas a un puesto de responsabilidad: “El problema es la realidad”. Y tenía toda la razón. Una cosa son las intenciones (buenas o malas) y la ideología, y otra muy distinta la capacidad de actuación. Si no, que se lo digan a José Luis Rodríguez Zapatero por su volantazo económico de 180 grados en mayo de 2010, o a Mariano Rajoy por su incumplimiento flagrante del programa electoral de 2011 en impuestos y recortes sociales.
En esta campaña electoral da la impresión de que la mayoría de los candidatos a alcaldías y presidencias autónomas van por el mismo camino que los dos anteriores presidentes del Gobierno. Muchas promesas se encontrarán con la realidad a partir del 25 de mayo y les llevarán a actuar de forma diferente de lo que plantean en sus programas.
La principal realidad con la que se encontrarán es con la dificultad de formar Gobiernos. El ejemplo de Andalucía, en donde Susana Díaz no ha conseguido los votos o las abstenciones necesarios para ser investida, puede convertirse en un problema generalizado al final de mayo. El jueves, cuando la presidenta en funciones perdió su tercera votación de investidura tomó dos decisiones: no convocar nuevas votaciones y amenazar con unas nuevas elecciones.
A los líderes políticos se les está llenando la boca de pactos, de condiciones y de verdades absolutas que pueden caer como un castillo de naipes al terminar el recuento electoral. En una España poco acostumbrada a pactos por la hegemonía de dos partidos durante 35 años, el consenso es una variable nueva que requiere una generosidad y una voluntad de compartir el poder hasta ahora desconocida.
La realidad (o el problema) es que habrá muy pocos Ayuntamientos o Gobiernos autónomos que se puedan formar del tirón, con una fuerza política hegemónica. Y el problema (o la realidad) es que las negociaciones no van a ser fáciles, porque los dos partidos que tienen la llave de la gobernabilidad (Podemos y Ciudadanos) negociarán con los ojos puestos en las generales de final de año.
Hoy se inicia la última semana de campaña en la que los millones de indecisos tienen que elegir sus papeletas. Los candidatos deberían mostrar todas sus cartas para que el día 25 la realidad no sea un problema irresoluble
Nota.- Esta reflexión , pensamos en Almagro Post, también puede referirse a Almagro desde el 25 de mayo.
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