Se inicia esta semana un nuevo acto del vodevil político que se desarrolla entre el drama, la comedia y el esperpento nacional.
Va siendo hora de que cesen los movimientos o la inacción estratégicos y entre en escena como única línea argumental el interés de los ciudadanos. Que se fije de inmediato fecha para la investidura y que Rajoy, que ha aceptado el encargo, vaya al Congreso a exponer su propuesta de gobierno y los representantes de la soberanía popular decidan. Pues si las elecciones se ganan en las urnas y no en los despachos, la investidura se ha de ganar en el Parlamento.
Ya está bien de regates políticos que, a la postre, son burlas a la ciudadanía. Y ya está bien que los ciudadanos tengan que acudir a las urnas cada vez que los políticos se muestran incapaces de administrar la voluntad popular que sale de ellas. Se trata, simplemente, de que 176 diputados se pongan de acuerdo para elegir a un presidente. Y si son incapaces, que se vayan.
Va siendo hora de que cesen los movimientos o la inacción estratégicos y entre en escena como única línea argumental el interés de los ciudadanos. Que se fije de inmediato fecha para la investidura y que Rajoy, que ha aceptado el encargo, vaya al Congreso a exponer su propuesta de gobierno y los representantes de la soberanía popular decidan. Pues si las elecciones se ganan en las urnas y no en los despachos, la investidura se ha de ganar en el Parlamento.
Ya está bien de regates políticos que, a la postre, son burlas a la ciudadanía. Y ya está bien que los ciudadanos tengan que acudir a las urnas cada vez que los políticos se muestran incapaces de administrar la voluntad popular que sale de ellas. Se trata, simplemente, de que 176 diputados se pongan de acuerdo para elegir a un presidente. Y si son incapaces, que se vayan.
Fuente. ( editorial DCLM.es)
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