La descomposición del Partido Popular es preocupante. En particular, preocupante para su secretaria general, María Dolores de Cospedal que no está sabiendo aglutinar su partido ante tanto desastre, todo lo contrario. La última encuesta de "El País" que vaticina la victoria del PSOE sobre el PP en las europeas ha coincidido con otras conmociones casi en un mismo día: la paralización definitiva de las privatizaciones de hospitales en Madrid tras las últimas decisiones de la justicia; la escisión del PP por la aparición de Vox, una visión de ultra-derecha encabezada por Ortega Lara; el abandono del PP de un histórico, Alejo Vidal-Quadras; la renuncia de Mayor Oreja a encabezar las listas europeas del PP...
Por si esto fuera poco, en Castilla-La Mancha, la comunidad que preside la secretaria general del PP, el gobierno recibe otro varapalo judicial tras otros dos: las urgencias nocturnas y Geacam. En este caso, el Tribunal Superior de Justicia de la Región obliga a la Junta a readmitir a más de 500 interinos despedidos por el afán de recortes de Cospedal en 2012.
A algunas personas, esta descomposición del PP (inmerso en otros casos mayores como el de su extesorero en prisión y el dedo acusador de sus papeles, que no eran falsos) recuerda a UCD, hecha pedazos tras comprobarse que se trataba de un partido de "intereses" de diversos grupos que lo componían, muy unidos en la fortuna pero huyendo cada uno por su lado cuando el barco empezó a naufragar.
En todo caso, los enanos del circo del PP ya están creciendo demasiado.
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