Visitas Almagro Post

sábado, 16 de abril de 2016

Navegando por la Red: Conspirando sobre Almagro.


Navegando por red
Lo leemos un poco tarde, pero es interesante
En Juanrojoblog.blogpost.com

Hoy, mientras la mañana, que nació radiante, se enturbia a ratos, paseamos por el pueblo; don Juan me cuenta:
Dicen en Tomelloso que Cotillas le ha prometido a Cospedal entregarle pronto, en bandeja de plata, la alcaldía de Almagro.
(Voy contra mi interés a confesarlo: la bandeja de plata es de mi cosecha).
¿A Cotillas le importa Almagro?
No. A Cotillas le importan Tomelloso y continuar en el sillón de la presidencia provincial del PP.
—¿Entonces?
Para la presidencia del PP a Cotillas le ha salido un rival de cuidado: Valverde, el alcalde de Bolaños. Si él logra que la alcaldía de Almagro vuelva al Partido Popular, le dará a roer cebolla. Podrá presumir delante de Cospedal: “Estando Valverde tan cerca he tenido que venir yo a hacer este trabajo”. Y, como en lo de Almagro ha de entrar Ciudadanos entrará sin que le empujen, Cotillas espera que en Tomelloso entre también para desplazar a Inmaculada Jiménez.
A mí tantas carambolas me dan vértigo: no estoy ducho en las intrigas políticas. Prefiero el espectáculo carnal, limpio y sencillo, del Domingo de Ramos, la multitud alegre, el inmoderado consumo de botellines, los destellos del sol en las corazas de los armaos, la ingenua imagen de Cristo montado en un borrico…
Por la plaza anda algún conspicuo puntal de Ciudadanos. Se lo señalo a don Juan; le pregunto:
—¿Para eso riñeron?
—No sabemos todavía por qué riñeron. Desde luego, se presentaron separados a las elecciones para dejar ciego al otro aun al precio de quedarse tuertos, tan grande era el encono. Pero Ciudadanos debe de sentir ahora una enorme frustración; el resultado de mayo, excelente, no le vale para nada: ni manda ni influye ni puede atender a la parroquia, de modo que los desatendidos parroquianos quizá sientan, en 2019, la tentación de volver a la religión verdadera, que es la del Partido Popular. Por eso tiene prisa, por eso maniobra, por eso le entusiasma la idea de Cotillas.
—Pero hay que contar con los concejales populares de Almagro.
—Claro. Ahí reside el único obstáculo. Al menos los dos primeros —Luis Maldonado y Celestino González conocen bien el cenagal en que se meterían; tienen, además, una trayectoria impecable: no será fácil arrastrarlos a este matrimonio de conveniencia en el que no ganarían nada y perderían crédito personal y político. ¿Cómo justificar la reconciliación tras la ruptura ruidosa? ¿Por el interés del pueblo? A otro perro con ese hueso.
—El próximo jueves es el Día del Amor Fraterno —dejo caer con ironía, casi para mí mismo.
El gentío nos cerca; salimos de la plaza en busca de un bar; don Juan prosigue:
—Aunque podrían presionarlos para que dimitan.
No se me había ocurrido. Muestro extrañeza.
—Ninguno de los dos vive de la política —dice don Juan—; los dos han demostrado fidelidad al partido: si alguien los convenciera de que en este momento su sacrificio es necesario por el bien de la organización…
Quizá don Juan esté en lo cierto. Pese a lo que muchos creen, hay gente en la política que no se mueve por intereses mezquinos, personas con valores antiguos —la fidelidad, la coherencia, el espíritu de servicio, la honradez, el desprendimiento, la dignidad…— capaces de abandonar un cargo sin alegría, pero también sin pena ni resentimiento.
—¿Y quién sería el alcalde?
Don Juan me mira con algo de asombro, como si no terminara de acostumbrarse nunca a mi candidez.
—Qué más da. Esa no es la pregunta, querido amigo. La pregunta es cui prodest? O sea, ¿quién sería el primer teniente de alcalde y principal beneficiario de la operación? ¿No estará él detrás de todo esto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario