El acuerdo alcanzado esta semana entre la Unión Europea y Turquía para devolver a este país a todos los refugiados y emigrantes que lleguen a Grecia es una VERGÜENZA.
Además se ve agravado por el hecho de que la Turquía actual no es precisamente un modelo de democracia donde se respeten los derechos humanos.
Las democracias europeas nos deberíamos rebelar ante tan infame acuerdo que trata a los emigrantes y refugiados no como personas con su carga de dignidad, sino como mercancías o cosas.
España no debería apoyar semejante atropello de convertir a los seres humanos en mercancías peligrosas. A los españoles nunca nos han tratado así cuando hemos ejercido de emigrantes o de refugiados, que de todo ha habido en nuestra reciente historia.
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