Hoy, de nuevo, Mariano Rajoy, ha vuelto a explicarnos su versión de España, la que solo ve él y sus palmeros. La España que hoy ha retratado Mariano Rajoy, en el balance de su legislatura, es la España en la que nadie se ha quedado al borde del camino. Aunque el borde del camino esté lleno, de pobres sin trabajo, de trabajadores pobres, de niños que comen gracias a los comedores escolares, de jóvenes que han tenido que irse de su país en busca de futuro, de familias sin ingresos. Por ese camino parece que no transita Rajoy.
Es la España en la que el presidente, o sea él, no ha cometido errores, si acaso acepta como errores algunas de las medidas que ha tenido que adoptar para salvarnos de la quiebra heredada. El resto ha sido todo aciertos.
Es la España del diálogo. Aunque el rodillo de la mayoría absoluta haya actuado implacablemente, la legislatura de la falta de consenso, la legislatura de los decretos ley, la legislatura del no permanente a las comparecencias de Mariano Rajoy en el Congreso. Pues esta legislatura, para el presidente, es la legislatura del diálogo.
Es la España donde la corrupción no merece mucho espacio en las comparecencias del presidente. Si acaso, lo justo, para sacar pecho por la lucha que ha llevado a cabo el gobierno, poniendo, incluso de ejemplo, la inauguración, la semana pasada de una oficina contra la corrupción, que hoy está cerrada y sin actividad. En el balance de la legislatura a Rajoy no le sale ni Gürtel, ni Bárcenas, ni Púnica. Y eso que hoy, el juez Castro le ha pedido al PP facturas que acrediten el pago de las reformas de la sede de Génova. Pero a Rajoy esto no le consta.
Es la España en la que no es necesario reformas la Constitución, a pesar de que una petición no solo de la mayoría de fuerzas políticas, sino porque el encaje de Catalunya en España no va a poder ser si no hay algun cambio constitucional. Rajoy no quiere usar esta fórmula. La Constitución tal y como está, ya le sirve.
Y si son incapaces de reconocer la España de Rajoy esperen a reconocerle a él mismo. Hoy ha dicho, y sin parpadear, que no tiene problemas con los debates electorales porque es el politico español que ha participado en más y porque los debates son su medio natural. Y se ha quedado tan ancho.
Hace un tiempo, tras otra comparecencia de Rajoy hablando de la situación de España, me preguntaba: ¿en qué país vive Rajoy?. Hoy casi preguntaría, ¿en que planeta vive Rajoy?
(Fuente Cadena Ser de hoy)
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