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jueves, 6 de diciembre de 2012

Habla, pueblo, habla :34 años después

Los españoles éramos convocados a las urnas hace 34 años para votar la actual Constitución Española. La megafonía instalada en los coches de los principales Partidos Políticos de nuestro país nos llamaban a la participación y,desde las emisoras de radio ya libres, se nos cantaba una y otra vez aquello de: "habla, pueblo,habla". Corría el año 1.978 cuando rios de ilusiones democráticas, afanes de conquistas de derechos cívicos,ansias de olvidos de tiempos pasados y tenebrosos, invandían nuestro cerebro para decirnos que sí, que había que llenar las urnas de menos ira y más concordia.Desde hace 34 años, de manera colectiva, apostamos porque la política no era un problema sino que era la solución a los problemas que teníamos como país, por aquel entonces muchísimos.

Algo más de tres décadas posteriores, también tenemos muchísimos problemas, incluso una gran parte de la sociedad española piensa que la misma política  es  en sí  un problema. Y no es verdad, la política que es convivencia democrática, no es un problema; la politiquería sí, los políticos que llaman a otros caraduras, también . Determinadas fuerzas de opinión publicada están muy interesadas en que los ciudadanos abominen de la política, de la clase política, con esas expresiones de "todos son iguales", o "democracia corrupción". Debemos rebelarnos contra estos objetivos de acallar conciencias,de beatificar resignaciones, de contentarnos nuevamente con la caridad y los permisos, en vez de con la solidaridad y los derechos.

Nuevamente tenemos que rearmarnos como sociedad, como pueblo, reinventando el "habla, pueblo, habla",con la opinión, con la manifestación,con la protesta, con la rebelión cuando se nos quiera "modular" cualquier derecho, cuando se nos quiera arrancar ese corazón que se denomina "estado del bienestar".Los derechos Constitucionales son irrenunciables y, cuando estén en peligro, hay que reconquistarlos,sin ira pero con rotuntidad. Nos va en ello la dignidad ciudadana y democrática. Se podrá quitar la asignatura de "Educación para la Ciudadanía", pero no se nos puede quitar ni la educación ni la ciudadanía.

Un Gobierno puede tener la mayoría absoluta pero no tiene derecho a la mayoría absoluta de las palabras, que se queden con la ira de su absolutismo pero que nos dejen la "libertad sin ira" de nuestros derechos.Que se recorten corruptelas, que se recorten desempleos, que se recorten ambiciones, que se recorten deshaucios, que se recorten mentiras, incluso que se recorten soberbias.

Hace 34 años estábamos en una España que conspiraba contra las libertades, en una España uniforme mitad catequista y mitad verdugo. Pero como dice Maruja Torres hoy en El País, no queremos una España donde se mate la enseñanza, la sanidad, la justicia, el empleo...las conquistas sociales, la equidad, la laicidad, la diversidad.

Queremos una España Constitucional,hoy con un cierto peligro de involución más que nunca, donde no se hagan bonitos discursos cada 6 de diciembre, sino que se haga política eficaz el resto de los 364 días, a ser posible cantando "habla, pueblo, habla", para demostrar que no queremos que se privaticen nuestros derechos.


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