Ayer, previo al día del aguinaldo, el Pleno del Ayuntamiento de Almagro aprobó sus presupuestos para 2016.
Paradojas de la vida, el PSOE votó en contra de un presupuesto que tiene que gestionar con su minoría de gobierno.
El PP presentó dos enmiendas, que apoyó toda la oposición. Una era disminuir la partida de personal político, para anular la contratación del asesor del alcalde, figura que ya fue reprobada en un Pleno anterior. La otra era anular el plan de inversiones, y el consiguiente crédito bancario para ello, y que consistía en cambiar todas las luminarias del pueblo para poner bombillas de bajo consumo y así ahorrar en la factura energética anual.
Lo del asesor viene de lejos, había sido un error del equipo de gobierno desde el principio y ahora se materializa que así no se puede seguir.
Lo de las inversiones, tal vez no era prioritario y probablemente no debería hacerse de golpe, y menos a base de adquirir una nueva deuda bancaria.
Lo decimos con pena, pero el equipo de gobierno no se trabaja los Plenos. Seguramente que deben celebrarse más comisiones de trabajo y juntas de portavoces previos. Hay que entender que se gobierna en minoría y que los presupuestos deberían estar muy consensuados antes de llegar a Pleno.
La imagen que se traslada a los vecinos es de debilidad. Están atados a la herencia del PP y no se sabe salir de ello.
Por cierto, dedicar cero euros a turismo en una ciudad que vive en parte del turismo, dedicar 5000 euros a Bienestar Social, se advierte que subvencionados; y dedicar 2000 euros a empleo y promoción económica en un pueblo que tiene 1000 parados, es no tener rumbo de futuro.
Gobernar es algo más que abrir las puertas del ayuntamiento cada día, es dar un mucho de autoestima a todo un pueblo; y con estos presupuestos aprobados por la oposición y censurados por el equipo de gobierno, la autoestima no se ve por ningún lado.
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