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martes, 20 de septiembre de 2016

PATIOS DE ALMAGRO:PEQUEÑOS PARAISOS




“Pequeños paraísos” en los que se une la naturaleza, el agua y la vida familiar y también vecinal se abrieron el pasado fin de semana en Almagro gracias a la acción de la Asociación Almágora que propuso dos visitas guiadas a nueve de estos “tesoros arquitectónicos” de Almagro, que son auténticos oasis en el estío manchego y a partir de los cuales se estructuraban los inmuebles. Recintos privados, los patios eran el lugar de encuentro de los habitantes de la casa y de los vecinos, donde se hacían actividades artesanales, se recibían a las visitas e incluso se comercializaba, indicó Isidro Hidalgo, presidente de Almágora, que resaltó la importancia de estos espacios desde el punto de vista patrimonial, histórico, social y cultural en los que el ser humano busca rodearse de frescura, relajación, intimidad, vegetación y agua.


La  ruta, celebrada este pasado  domingo, partió de la Plaza de Santo Domingo, donde se congregaron un centenar de personas para dirigirse al patio de la casa de Luz Palacio, sita en la calle Jerónimo Ceballos 5, donde a los presentes les esperaban el blues y bossa nova del dúo ‘Pelillos a la Mar’, integrado por Diana y Atila, que amenizaron la visita.
Luz adquirió hace algo más de 20 años el inmueble que rehabilitó saneando paredes, quitando humedades y manteniendo la estructura original de una casa con un patio abierto de columnas de madera pintadas en rojo y una escalera que lleva a una galería superior, también de madera, en forma de ‘L’. Con la amena música en directo, los niños jugaron en el centro del patio y los mayores conversaron sobre el placer de visitar espacios tan bonitos y que conectan con las raíces culturales, en este caso con una decoración que combina elementos modernos con muebles antiguos.
Patio tradicional.


 Dulce María Jorreto fue quien abrió la puerta de la segunda casa, con un gran patio tradicional, situada en la calle de Bernardas 11. Dulce María vive con su hermana Nieves en esta casa con un amplio patio manchego de pilares de madera pintados en marrón sobre piedra y zapatas en forma de ‘S’. Platos y utensilios de cerámica y plantas como pilistras, palmeras y costillas de adán refrescan y agradan la mirada en la parte baja de un patio con 19 ventanas en la planta superior. No faltan tampoco la cueva, donde antaño se ubicaba la fresquera para conservar los alimentos, la alacena, el aparador y los ganchos en las vigas del patio para colgar utensilios o romanas para pesar.

 La siguiente parada fue en la calle Granada 19, en la denominada popularmente ‘Casa de la Inquisición’, que cuenta con un patio de grandes columnas de piedra y una galería superior abierta con barandilla de madera. Una palmera y un pozo se hallan en el patio abierto, con canalones para recoger la lluvia, de una casa cuya denominación popular hace referencia a la presencia en la localidad de la Inquisición. Hidalgo recordó el gran poder que tuvo la Inquisición persiguiendo a los no católicos y las crueles torturas que realizaba a todo aquél que no estaba dentro de los cánones que establecía.

El recorrido culminó cerca, en la Posada Los Caballeros, sita en la calle Granada 12 y que conserva un magnífico y espacioso patio con el centro del suelo empedrado, columnas de piedra y galería superior abierta. Tresillos, mecedoras, gramófonos y baúles decoran la planta baja del patio, en el que una mujer mayor realizaba encaje sobre la almohadilla. Resultó ser la ‘Tía Paula’, de la película ‘Volver’ de Pedro Almodóvar, que la compañía almagreña El Taular ha adaptado al teatro. Y por allí aparecieron Sole, con su cara de “sota”, y Raimunda con su hija Paula tras acudir al cementerio para dejar relucientes las lápidas y encontrarse, saludándose con besos primordialmente sonoros, con Agustina. Muy mal de “los remos” confesó estar la simpática Tía Paula, que obsequió a sus sobrinas con rosquillos en una escena que mostró cómo tradicionalmente los familiares y vecinos se ayudan solidariamente y hacen frente común a las necesidades y problemas.


 Este segundo recorrido sucedió al transitado el sábado, con la asistencia de 160 personas, que se inició en el patio de Fúcares, un palacio del siglo XVI de arquitectura mudéjar con decoración renacentista italiana, y continuó en la Casa del Prior del Campo de Calatrava, en la que se presenció un patio renacentista de columnas de piedra caliza con el escudo del primer prior, Francisco Ordóñez. También se visitó la Casa Resekas, actualmente una casa rural que estuvo relacionada con la población judía y que atesora un patio con pies derechos y balaustrada de madera, y la casa de Lola Cabezudo, que conserva un pequeño patio de arquitectura tradicional con galerías de madera, pozo, aljibe de recogida de aguas pluviales y cueva, así como el Patio del Museo Nacional del Teatro, donde se escenificó una partida de ajedrez viviente representando la Batalla de Alarcos.



 Foto: J. Jurado


Textos.- Lanza digital.

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