Desde siempre Almagro ha cuidado su estética, el encalado de las fachadas, la limpieza del trozo de calle correspondiente, las flores en los balcones. Mucho más desde que nos declararon conjunto histórico-artístico por los años 70, se supone que lo solicitamos y ello ha atraído a un buen número de turistas que, incluso, nos piropean con aquello de "uno de los pueblos más bonitos de España y del mundo.
Pero la estética desde la tradición, o desde la legalidad, se está desmoronando. A las numerosas fachadas en declive en el centro de la ciudad, se le añade las terrazas armatoste que van empezando aparecer por la ronda y, ahora, se añade un cartel grande y horroroso a la salida para Valdepeñas.
No es un cartel más, parece un cartel de polígono industrial de las afueras de cualquier ciudad desaliñada y degradada. No es un cartel más, es todo un cartelón, sin sentido, grande como un borrico y feo donde los haya.
El problema no es el cartelón dichoso, sino la autoridad que no ha ordenado desmontarlo al día siguiente, y con la sanción correspondiente por su instalación sin contar con la licencia preceptiva.
Se nos antoja difícil que tengamos regulado los coches con caballos y no tengamos regulado la colocación de carteles. Las competencias de "policía urbanística" son municipales y no hay que esperar a que la Comisión Provincial de Patrimonio dictamine, sino que se tiene competencia para ordenar quitar un cartelón al cuál no se le ha dado permiso de instalación.
Cartelones antiestéticos no son posibles en Almagro, porque lo dice la pura lógica. Cuanto más se tarde en actuar peor ejemplo se estará dando a otros vecinos que alegarán la similitud o los agravios comparativos.
Estas cosas parecía que ya no pasaban.....
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