Decía Rajoy de 2016 que ha sido el año «de las incertidumbres y los sobresaltos políticos». El presidente lo ha despedido con un suspiro de alivio. A fuerza de resistir y aguardar, el PP ha sorteado los embates. Ocupa La Moncloa, cierto que sin mayoría absoluta, pero lejos de amilanarse recompone la figura, imprime un giro claro a su estrategia e inicia la remontada. Esta es al menos la primera conclusión que se desprende de la encuesta de fin de año de Sigma Dos para EL MUNDO. Los populares emprenden 2017 con una intención de voto del 34,8%, casi dos puntos superior al resultado que obtuvieron en las urnas el pasado 26-J.
En el envés de la hoja, el PSOE. Para el partido centenario, el año que acaba de finalizar ha sido poco menos que un tormento. Golpeados por los votantes, acosados desde la izquierda por Podemos, humillados por la derecha y amotinados en su interior, los socialistas no han salido aún de la tempestad. Viven malos tiempos, sin liderazgo definitivo y sin proyecto, al albur de las olas y braceando contracorriente en busca de un salvavidas.
Hoy ni siquiera llegarían al 20% en intención de voto (19,4%). En apenas seis meses, desde las elecciones de junio, se han dejado en el camino más de tres puntos (3,3). Y no sólo: además han perdido, y en esta ocasión con claridad, la segunda posición del tablero político.
Unidos Podemos ha dado el salto y toma la delantera con claridad. Pese a su caótica vida interna y sus luchas fratricidas entre pablistas y errejonistas; pese a no haber encontrado aún una posición equilibrada entre la calle y las instituciones; pese a su falta de experiencia parlamentaria que les hace malgastar ideas y perder banderas, los del partido morado ganan empuje.
Lo hacen a costa de la debilidad extrema de los socialistas y, si bien no obtienen todos los réditos que pudieran, han conseguido colocarse, según la encuesta, como segunda fuerza política. Sus enfrentamientos por el poder no parecen pasarles de momento factura, aunque la resistencia del vínculo entre dirigentes que compiten como púgiles y votantes -«la gente», para Podemos- tiene siempre un límite que no conviene forzar.
Hoy obtienen una intención de voto del 22,5%, punto y medio (1,4) por encima de los resultados que consiguieron en las elecciones generales del pasado mes de junio. Ya están tres puntos por delante del PSOE, un partido atenazado desde ambos flancos y que pierde votos a favor tanto de Unidos Podemos como del Partido Popular.
Fuente.- elmundo de hoy
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