Han sido los comportamientos poco éticos en una larga ceremonia parecida a una guerra de poder y la realidad de una democracia interna débil, en la que no han funcionado sus mecanismos de diálogo y debate en las instancias oportunas, como el Comité Federal y el Comité Territorial, lo que nos ha conducido al choque de trenes.
Durante casi dos años se han dado enfrentamientos públicos entre sectores del aparato del partido, con declaraciones de personalidades socialistas en favor de la gran coalición y actitudes de deslealtad. Finalmente, se produjo la fractura final del PSOE tras la conspiración orquestada contra Pedro Sánchez.
No ha sido, en ningún caso, la militancia la causante de esta dramática situación para el PSOE.
La autocrítica es imprescindible para no volver a cometer los mismos errores. Pero no la veo y algunos, como si hicieran un gran favor al PSOE, se cansan de repetir que no hay que mirar al pasado.
Ahora deberá ser la militancia quien gane las Primarias, asumiendo su papel decisorio y no quedándose en casa ni entregando el carnet. Pero esta histórica catarsis democrática no resultaría posible si se prioriza y fructifica un nuevo pacto de poder entre las élites, entre los Generales del aparato. Eso resulta contrario al espíritu de la regeneración de la vida política.
La llamen como quieran, esta operación de conchabeo -de nuevo surge en su boca la expresión de evitar otro choque de trenes- no va a significar la unidad de los socialistas. Lo mismo que una forzada falta de concurrencia de candidaturas en las Primarias supondría un cierre en falso de la crisis del PSOE.
Nada ni nadie puede suplantar la necesidad de un debate abierto, respetuoso y clarificador entre las diferentes candidaturas que participen en las Primarias. Esa es la vía democrática y el revulsivo de madurez política a seguir que nos permitirá iniciar la reconstrucción del PSOE y recuperar su credibilidad perdida. No hay atajos.
Fuente.- blog de odonelorza.com
Durante casi dos años se han dado enfrentamientos públicos entre sectores del aparato del partido, con declaraciones de personalidades socialistas en favor de la gran coalición y actitudes de deslealtad. Finalmente, se produjo la fractura final del PSOE tras la conspiración orquestada contra Pedro Sánchez.
No ha sido, en ningún caso, la militancia la causante de esta dramática situación para el PSOE.
La autocrítica es imprescindible para no volver a cometer los mismos errores. Pero no la veo y algunos, como si hicieran un gran favor al PSOE, se cansan de repetir que no hay que mirar al pasado.
Ahora deberá ser la militancia quien gane las Primarias, asumiendo su papel decisorio y no quedándose en casa ni entregando el carnet. Pero esta histórica catarsis democrática no resultaría posible si se prioriza y fructifica un nuevo pacto de poder entre las élites, entre los Generales del aparato. Eso resulta contrario al espíritu de la regeneración de la vida política.
La llamen como quieran, esta operación de conchabeo -de nuevo surge en su boca la expresión de evitar otro choque de trenes- no va a significar la unidad de los socialistas. Lo mismo que una forzada falta de concurrencia de candidaturas en las Primarias supondría un cierre en falso de la crisis del PSOE.
Nada ni nadie puede suplantar la necesidad de un debate abierto, respetuoso y clarificador entre las diferentes candidaturas que participen en las Primarias. Esa es la vía democrática y el revulsivo de madurez política a seguir que nos permitirá iniciar la reconstrucción del PSOE y recuperar su credibilidad perdida. No hay atajos.
Fuente.- blog de odonelorza.com
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