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domingo, 27 de septiembre de 2015

Y hoy todos somos Cataluña





Navegando por la red


“Comfort zones are most often expanded through discomfort”. Semejante consejo, que viene a significar algo así como “las zonas de confort  a menudo se expanden a través de la incomodidad”, me lo regaló este verano en Las Vegas una galletita china de la suerte. Puede que el mismo mensaje se lo encontrara Mariano Rajoy en una cena en el Panda Express cuando estuvo por tierras americanas y, después de que algún asesor se lo tradujera, decidió ponerse manos a la obra.
Como es bien sabido, la zona de confort del presidente del Gobierno estaba limitada por la pantalla de un televisor pagado con dinero negro. Pero hace poco, con la intención de ponerle más piel y menos plasma a sus mensajes, decidió darse un garbeo por fuera de ese mundo catódico en el que tan cómodo estaba. Y empezó a acudir a entrevistas cuando hacía más de un año que no se hablaba con la prensa.
Pero como todo en esta vida -que diría el propio Rajoy- los cambios han de ser paulatinos. Uno puede salir de Génova y empezar a darse un garbeo por La Razón, la TVE dominada por el PP o incluso por la COPE, donde su locutor estrella te recibirá con abrazos, risas y hasta te ofrecerá sacarte un selfi de esos. Pero aventurarse más allá exige una preparación de la que el presidente carece.
Porque el señor Lara tuvo la genial idea de poner los huevos de su Grupo Planeta en varias cestas muy diferentes entre sí. Y aunque es cierto que Onda Cero no es La Sexta, tampoco es Antena 3, y el presidente del Gobierno acabó quedando como el más lento de la clase en cuanto Carlos Alsina le lanzó un par de preguntas certeras.
A estas alturas de la película, a nadie sorprende que la sabiduría de Rajoy se ciña a llamar “al pan, pan”, al plato, plato y al vaso, vaso. Unos conocimientos que le pueden llevar a competir con los niños de parvulitos, pero que a la hora de enfrentarse a un examen de primero de Derecho le dejan por los suelos.

Todos estos tropezones son gasolina para las redes sociales y nos regalan horas de humor con fantásticos montajes como el de ‘Homer Rajoy’. Sin embargo, provocan que señalemos al dedo en lugar de apuntar a la luna. Porque la incompetencia que Rajoy ha demostrado estos días para debatir sobre Cataluña es también la causa de que hayamos llegado hasta aquí. De que estemos hoy en una fecha crucial en la historia de España que no sería tal si hace siete años Rajoy no hubiera encabezado una campaña radical contra los catalanes para arañar unos míseros votos. O si, ya como presidente del Gobierno, hubiera mostrado alguna otra capacidad que no fuera la de esperar a que los problemas se arreglen solos.
Por suerte, el tiempo que le queda a Rajoy se mide ya en días y dentro de poco pasará a ocupar el mismo Hall of Fame que  los españoles reservamos para personajes como Carlos II. Por desgracia, su legado de ineptitud, con Cataluña o sin ella, durará varios años. Eso, y que nos reiremos mucho menos. Todo sea dicho.
Marcos Paradinas es redactor jefe de ELPLURAL.COM
Blog El Día de la Marmota

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