Estos días, es una penosa actualidad la muerte de una anciana de 81 años, que no podía pagar la luz que consumía, que la tenía cortada por su empresa eléctrica y que se calentaba e iluminaba con velas . Ahora, unos y otros, se echan las culpas de la tragedia.Es el fenómeno casi invisible de la pobreza energética.
Un problema que afecta a 5 millones de españoles, que no pueden pagar el recibo de la luz, y que causa 7.000 muertes al año, seis veces más que los accidentes de tráfico.
Este escalofriante escenario ha ido empeorando progresivamente, mientras el precio de la luz y el gas se ha disparado para todas las familias españolas, a la vez que las rentas han ido bajando por la crisis. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2007 –un año antes de estallar la crisis– el gasto medio anual en electricidad y gas de los hogares españoles era de unos 700 euros. En 2015, el gasto mensual de estas facturas aumentó en más de un 42%, situándose en 1.000 euros anuales, unos 300 euros más. El dato es todavía más nefasto para los bolsillos si tenemos en cuenta el precio de la factura eléctrica que recoge Eurostat: se incrementó un 76% entre 2007 y 2014 por el afloramiento de costes y la inclusión en la tarifa de diversos conceptos.
En el próximo Pleno del Ayuntamiento de Almagro se hablará de "pobreza energética", ya que "Almagro Si Puede" aportará este tema al Orden del Día. Debe saberse los casos extremos que hay en Almagro, y solucionarlo, al menos, para el invierno.
Mientras tanto, gobiernos y eléctricas, se culparán de una muerte que hoy está en los noticiarios, pero que su actualidad pasará pronto. La sociedad debe rebelarse contra estos desajustes, porque las eléctricas ganan dinero, ganan muchos dinero.
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