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miércoles, 23 de noviembre de 2016

El PSOE busca lider

Coincido con la opinión de Luis Arroyo:

"El nuevo líder del PSOE puede ser joven o mayor. No importa la edad. Pero sí debe ser nuevo para la gente. Digamos que para refundar al PSOE hay que refundar su liderazgo. Una cierta experiencia sería imprescindible, pero recordemos que ni Pablo Iglesias ni Albert Rivera tienen la más mínima experiencia de gestión. Ni la tenían Felipe González o Zapatero cuando llegaron al Gobierno. Tendrá además que ilusionar a los jóvenes urbanos e ilustrados, un colectivo sin el cual es imposible hoy en día ganar la hegemonía de la izquierda.

Siendo nuevo", el futuro líder del PSOE deberá tener atractivo suficiente para gustarle a millones de españolas y españoles, que le conocerán sobre todo por la televisión y en contraste con Rajoy, Rivera y, sobre todo, Iglesias. Hacerse un espacio propio frente a los tres no es nada fácil.

El nuevo líder, o la nueva líder, ha de ser impecablemente limpio. Impoluto como una patena. Ni cómodos consejos de administración, ni acciones en fondos de inversión, ni ahorrillos en Andorra, ni nada que se le parezca.

Habrá de defender con claridad la unidad de España, sin hipotecarse al PSC, que ya no tiene ni una fracción de la fuerza que tuvo. Tendrá que explicar cómo se concreta "lo de Granada": ese documento del que todos hablan como fundamento de la ideología federalista del PSOE pero que nadie sabe qué quiere decir a efectos prácticos. El tema territorial podrá no ser fundamental en el momento en que la Gestora decida convocar el Congreso, pero las contradicciones de los socialistas al tratar el asunto catalán ya son insoportables.

Y poco más. Es inmenso el espacio sociológico que ha ocupado tradicionalmente el PSOE y que Podemos lucha por colonizar con un éxito parcial y probablemente ya amortizado. Los socialistas necesitan un nuevo líder o una nueva líder optimista, nítidamente socialdemócrata, audaz y auténtico en sus cualidades personales como lo fue Renzi cuando llegó a la jefatura del Partido Democrático italiano, como es hoy el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, o como fue el primer Obama.

Hacerse con el beneplácito de los líderes territoriales del partido, con el apoyo de la militancia, y con el voto de millones de ciudadanos hoy desencantados, va a ser tan difícil para ese hombre o esa mujer como ganar Operación Triunfo, que es una cosa muy seria".

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