Fuente.- dclm.es
Ya estamos en campaña electoral y vemos a algunos políticos cambiar de argumentos y de semblante para ofrecer una imagen de aparente alegría, entusiasmo o de supuesto enfado o resentimiento, según el momento y el guion que se han planteado representar en este nuevo escenario. Ahora es preciso asumir nuevas estrategias dirigidas sobre todo a lesionar al contrario, buscar sus puntos débiles, la división en el seno de un partido, la sempiterna corrupción del otro, las artimañas populistas, vender la vieja idea de que el abismo se abre donde no estamos nosotros. Muchos de esos argumentos son ciertos o medias verdades, otros intentan convertirse en verdaderos a base de repetirlos y los medios de comunicación se convierten en altavoces, algunos claramente posicionados, otros jugando a una aparente imparcialidad, otros financiados para ser la voz de su amo. En medio de esa maraña de argumentarios, irán arañando votos los más mediáticos, los más convincentes pero, ahora más que antes, también los más auténticos, los que demuestren contar con un equipo lo suficientemente preparado, inteligente y centrado para aprovechar los supuestos repuntes de la economía frente al horizonte de una nueva crisis porque el actual gobierno en funciones no supo nunca cerrar la herida.
elObservadorDclm
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