Quince días en la historia de un país es una nimiedad, pero en términos demoscópicos basta una quincena como la que acaba de vivir España para darle una vuelta de campana a un tablero político que llevaba varios años petrificado. Hace menos de dos meses, la fotografía electoral se teñía de intenso naranja con un Albert Rivera crecido ante la corrupción del PP y una izquierda que dormía el sueño de los justos. Pero el golpe de efecto de Pedro Sánchez destronando a Mariano Rajoy con una moción de censura exprés ha despertado de sopetón al PSOE, que ha pasado en dos semanas de ser el tercero en discordia a hacerse con el mango de la sartén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario