Han pasado tres días desde la gran avería del agua. Está bien que reviente una entrada general y que se necesiten bastantes horas para repararlo. Pero la vuelta al servicio del agua potable es pésima, sin toda la presión y con un color entre chocolate, vino o limonada.
¿Se sancionará a la empresa concesionaria?. Estamos en una Cuaresma atípica, casi confinados, casi sin poder bañarnos y casi sin poder disfrutar de las pequeñas comodidades de la civilización urbana.
Todo se subsana con una cervecita en la Plaza Mayor. ¡Sin armaos¡.
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