P.- ¿El presupuesto se ha tambaleado?
R.- No, las aportaciones económicas de los patronos son las mismas que en 2018. No hemos subido ni bajado aunque las cosas cuestan ahora más que en 2018, pero eso lo hemos estado bregando como hemos podido y hemos conseguido el apoyo de patrocinadores y las cifras de taquilla han sido buenas, de manera que hemos conseguido que eso no fuera un problema. Para mí no es tanto un problema de números ni de cantidad sino de sensación de responsabilidad patrimonial. Estrenar, por ejemplo, en otro festival del que uno no es patrono y no estrenar en el que uno es patrono para mí no es el ejemplo de colaboración institucional que yo querría.
P.- En el último festival, un altísimo porcentaje de lo más potente procedía de colaboraciones perfiladas por ti. ¿A nivel organizativo, te has sentido en algún momento un poco solo?
R.- No, para nada. Hay un público magnífico, compañías que vienen del mundo entero y se fraguan colaboraciones con el Festival siguiendo las directivas del Patronato al que se las propongo y las apoya.
Nunca me he sentido solo. Al contrario, me voy con la sensación de que la gran victoria de estos cinco años ha sido una victoria colectiva de abrir el Festival a mucha gente: desde América, desde las Comunidades Autónomas y otros lugares que han sido generosos y han sumado por el Festival.
P.- ¿De qué te sientes más orgulloso de estos cinco años?
R.- De eso, de haber abierto la puerta a que mucha gente aportara sus propias visiones del Siglo de Oro, la de América, las de las mujeres, las de las lenguas cooficiales: que mucha gente pudiera hacer de Almagro su casa y un espacio más amplio sobre los clásicos.
P.- Ha habido muchos hándicaps en este lustro, una carrera de obstáculos
R.- Ha habido dificultades pero las hemos superado. La pandemia nos puso en una situación difícil y la respuesta fue ejemplar: ser los primeros en abrir nos colocó en un lugar de referencia para todo el país. Hemos afrontado desafíos muy grandes y entre todos, ahí el Patronato ha estado firme defendiéndolo, logrado superar grandes dificultades.
P.- Se han consolidado propuestas de tu predecesora e incorporado y potenciado otras como traer a África y la presencia constante de las Américas y de las autoras.
R.- Ése es el juego, no destruir lo que uno hereda. Recibimos cosas muy positivas del equipo anterior y lo hemos mantenido con orgullo haciéndolo crecer, por ejemplo, el Off y el Barroco Infantil.
P.- La reserva natural del Siglo de Oro se queda sin uno de sus Félix Rodríguez de la Fuente.
R.- Lo importante en las reservas son las especies protegidas y ésas están, están en forma y van a seguir estando. Yo me llevo la experiencia maravillosa de haber estado cinco años aprendiendo muchísimo, disfrutando de una visión cada vez más rica del Siglo de Oro y también aprendiendo mucho de la gente de Almagro. Una de las lecciones que me llevo es la de ser muy exigentes. El del bar, el de la calle, el espectador que sale de un teatro si ve al director del Festival y hay algo que no le gusta se lo dice, si cree que hay algo mejorable también. Yo he aprendido eso, a no conformarme con menos del cien por cien de lo que hay que hacer y justamente ésa es la razón por la que me marcho porque el propio municipio me ha enseñado que no hay que conformarse con menos que la absoluta excelencia.
P.- ¿Qué es lo que más vas a echar de menos de Almagro?
R.- Todo, el calorcito, los espacios maravillosos, la vida de las calles, la propia escenografía del municipio y, lo que más, a la gente de Almagro.
P.- ¿Vas a continuar con la colaboración en Ucrania sobre ‘La vida es sueño’?
R.- En principio sí. Habrá que ver si el nuevo equipo del Festival quiere o no que la producción se vea en Almagro. El compromiso de la Embajada española es muy sólido y también de la Universidad de Kiev. Creo que es un proyecto muy relevante en este momento. Aparte del compromiso como director de la Fundación tengo un compromiso personal con ellos habiendo estado allí y visto lo que significa, de manera que el proyecto va a ir adelante en cualquier circunstancia. Se trata de una reflexión sobre la libertad, la tiranía y la justicia desde un lugar donde esas palabras hoy significan mucho, resuenan mucho para ellos y los demás.
P.- ¿A qué te vas a dedicar ahora?
R.- A lo que me he dedicado siempre: a dirigir clásicos y defender nuestra cultura, lengua y teatro, hacer espectáculos e inventar lugares en los que el patrimonio tan rico que tenemos se ponga en valor. Es un momento también para mí de buscar, pensar y encontrar lugares en los que seguir inventando cosas bonitas para el público y los artistas.
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