Estas noches de Festival es curioso observar el reloj del Ayuntamiento dando las horas bien mientras las manecillas van retrasadas diez minutos.
Igual es algún atrezo teatral para hacer más divertído el Festival. Pero se nos antoja que es un detalle de descuido,como las palomas anidando en las farolas de las calles o alguna rata encaramada en una fachada olvidada.
Almagro en su devenir cotidiano necesita más atención.
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