“El terrorismo y la muerte nunca tienen la última palabra”, ha dicho el Papa Francisco en su histórico viaje a Irak.
Ahora que estamos en Cuaresma y pronto llega una Semana Santa sin congregaciones por la pandemia, podríamos aprender diálogo y diálogo del actual Papa.
Un ejemplo para todos, viajando a Irak y emocionando al mundo. La religiosidad es ejemplo y humanidad, no pompa ni poder.
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