En alguna parte del vecindario de ALMAGRO hay una algarabía ciudadana por cuidar o maltratar gatos. Al parecer hay personas que dan de comer a los gatunos, y les proporcionan agua para el sustento. Mientras otros vecinos desaprensivos, rocían esos alimentos con vinagre o con lejía.
Quizás debiera resucitar Lope de Vega y volver a reescribir La Gatomaquia. Donde la felina Zapaquilda y su pareja Micifuf tienen peripecias, serenatas y encantamientos. Los mininos siempre están en guerra.
Así aparecen nuestras calles de Almagro, unos con sus alimentos gatunos y los otros con la lejía de la muerte.
Siempre estamos los unos contra los otros.
¿ Por qué habrá gatos callejeros?.
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