Facebook de Paco M. Carrión
El 1796 el rey Carlos IV tuvo a bien conceder a Almagro el título de Ciudad. Se reconocía así la trayectoria histórica de Almagro al servicio de la Corona. El documento que recoge el título de Ciudad se guarda en el Archivo Municipal de Almagro (AMA) y es un bello librito, encuadernado en rojo, con coloridas ilustraciones de la época, con tapas forradas en seda y de apenas diez páginas. Este documento histórico es muy desconocido por los almagreños y muy pocas veces expuesto a la contemplación de los vecinos y ciudadanos. Quizá sería oportuno organizar una exposición de este documento histórico para celebrar, por ejemplo, el fin del confinamiento y la victoria ciudadana contra el coronavirus.
El documento se abre con una magnífica ilustración, a todo color, sobre fondo azul, que representa una alegoría de la Monarquía y del reinado de Carlos IV. El texto está redactado en una caligrafía clásica, con el adorno de grandes capitulares. Una belleza. De la portada cuelga el sello en cera de Carlos IV.
Hay historiadores que aseguran que la concesión del título de Ciudad fue una especie de premio de consolación al haber perdido Almagro la capitalidad de La Mancha, que ostentó entre los años 1750 y 1761. Almagro obtuvo la capitalidad por una cacicada ilustrada. El almagreño conde de Valdeparaiso era ministro de Hacienda con Fernando VI y aprovechó su poder para tirar por su tierra y traerse por decreto la capitalidad de la provincia de La Mancha a Almagro en detrimento de Ciudad Real. Defenestrado el conde de su ministerio, Ciudad Real recuperó su capitalidad y Almagro entró en una suave, lenta y melancólica decadencia, adornada con este título de Ciudad. Ya se sabe, más vale honra sin barcos que barcos con honra.
Vaya este artículo en homenaje al cronista de la ciudad, Arcadio Calvo, a quien tanto le gustaba el documento del Título de Ciudad de Almagro.
(En las fotografías, ilustraciones del documento del título de Ciudad)
El 1796 el rey Carlos IV tuvo a bien conceder a Almagro el título de Ciudad. Se reconocía así la trayectoria histórica de Almagro al servicio de la Corona. El documento que recoge el título de Ciudad se guarda en el Archivo Municipal de Almagro (AMA) y es un bello librito, encuadernado en rojo, con coloridas ilustraciones de la época, con tapas forradas en seda y de apenas diez páginas. Este documento histórico es muy desconocido por los almagreños y muy pocas veces expuesto a la contemplación de los vecinos y ciudadanos. Quizá sería oportuno organizar una exposición de este documento histórico para celebrar, por ejemplo, el fin del confinamiento y la victoria ciudadana contra el coronavirus.
El documento se abre con una magnífica ilustración, a todo color, sobre fondo azul, que representa una alegoría de la Monarquía y del reinado de Carlos IV. El texto está redactado en una caligrafía clásica, con el adorno de grandes capitulares. Una belleza. De la portada cuelga el sello en cera de Carlos IV.
Hay historiadores que aseguran que la concesión del título de Ciudad fue una especie de premio de consolación al haber perdido Almagro la capitalidad de La Mancha, que ostentó entre los años 1750 y 1761. Almagro obtuvo la capitalidad por una cacicada ilustrada. El almagreño conde de Valdeparaiso era ministro de Hacienda con Fernando VI y aprovechó su poder para tirar por su tierra y traerse por decreto la capitalidad de la provincia de La Mancha a Almagro en detrimento de Ciudad Real. Defenestrado el conde de su ministerio, Ciudad Real recuperó su capitalidad y Almagro entró en una suave, lenta y melancólica decadencia, adornada con este título de Ciudad. Ya se sabe, más vale honra sin barcos que barcos con honra.
Hay historiadores que aseguran que la concesión del título de Ciudad fue una especie de premio de consolación al haber perdido Almagro la capitalidad de La Mancha, que ostentó entre los años 1750 y 1761. Almagro obtuvo la capitalidad por una cacicada ilustrada. El almagreño conde de Valdeparaiso era ministro de Hacienda con Fernando VI y aprovechó su poder para tirar por su tierra y traerse por decreto la capitalidad de la provincia de La Mancha a Almagro en detrimento de Ciudad Real. Defenestrado el conde de su ministerio, Ciudad Real recuperó su capitalidad y Almagro entró en una suave, lenta y melancólica decadencia, adornada con este título de Ciudad. Ya se sabe, más vale honra sin barcos que barcos con honra.
Vaya este artículo en homenaje al cronista de la ciudad, Arcadio Calvo, a quien tanto le gustaba el documento del Título de Ciudad de Almagro.
(En las fotografías, ilustraciones del documento del título de Ciudad)
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