Ahora es tiempo de consenso para salir juntos de la crisis. Una de las mayores conocidas desde la II guerra mundial como ha dicho la canciller alemana.
De esta crisis se sale si estamos todos a una contra el coronavirus como en la gesta que protagonizaron nuestros vecinos de Córdoba contra el Comendador de la Orden de Calatrava.
Ahora toca luchar, con todas las armas, contra el enemigo público que amenaza nuestra salud. Da lo mismo que expliquemos la lucha en términos militares como lo hacía el Teniente General del ejército, días pasados, diciendo: disciplina, espíritu de sacrificio y moral de victoria. O que lo hagamos en términos más acordes a los tiempos actuales, menos castrenses y más civiles, como: coordinación, cooperación y colaboración.
Si en el siglo de Lope todos se levantaron a una contra el Comendador, ahora, cuatro siglos después, todos tenemos que estar a una para vencer la enfermedad que amenaza principalmente el corazón de la sabiduría. A los más ancianos.
En esta crisis hemos de aprender rápido y reaccionar de inmediato porque no para todo teníamos planes de contingencia. En los últimos días ha quedado de manifiesto que la asistencia social prevista en los planes de emergencia no cuenta con planes operativos propios. Sin embargo, alcaldes y equipos municipales han reaccionado rápido constituyendo comités de trabajo para abordar la protección de los más desfavorecidos en las ciudades, desde los sin-techo a los que viven solos en su casa. La respuesta de lo público y la solidaridad de los vecinos está permitiendo atender a todos, no obstante, habrá que mejorar la presencia de los equipos sociales en los gabinetes de crisis.
Este es el espíritu de trabajo para lo no previsto, prueba, ensayo y error, y adelante.
(Escolástico González en La Tribuna hoy)
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