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lunes, 4 de diciembre de 2017

Socialismo y cultura





Victoria Camps


“Mantener el derecho a la cultura es uno de los problemas no resueltos de la socialdemocracia”


Victoria Camps (Barcelona, 1941), filósofa y catedrática de la Universidad de Barcelona, recuerda que “promover el acceso a la cultura es un imperativo constitucional (CE, 44), y por lo tanto es un deber del Estado promocionar la cultura”. La ex senadora (entre 1993 y 1996 lo fue por el PSOE) considera que “‘intervenir' quizá no sea la palabra más adecuada” para referirse al papel que ha de tener el Estado. “Promover la cultura es la otra cara de su no mercantilización -señala-. Cultura es el fútbol y es la ópera. Hay que distinguir y ayudar a esa cultura cuya promoción no puede ser el resultado de la oferta y la demanda”. 

En cuanto a la diferencia entre las políticas culturales de los dos grandes partidos que han gobernado España, además de UCD, en democracia, Victoria Camps, que hasta 2001 presidió la Fundación Alternativas de pensamiento político, señala algunas diferencias concretas. “El PSOE ha tenido ministerios de cultura, ha dado a la cultura una prioridad específica. Creó, por ejemplo, el Instituto Cervantes. El PP subsume a la cultura en educación y así reduce el presupuesto dedicado a ambos apartados. No está mal entender la cultura como una prolongación de la educación, pero dicha concepción no ha formado parte ni de la política del PSOE ni de la del PP”. 

No cree Camps que la desaparición de las diferencias entre izquierda y derecha sea algo exclusivo del terreno cultural. “Las diferencias se están diluyendo en todos los campos. El derecho al acceso a la cultura es un aspecto del estado del bienestar y mantener ese estado es el problema no resuelto de la socialdemocracia. En cuanto la izquierda deja de liderar la forma de atender a los derechos sociales y se limita a mantener la inercia de lo logrado hasta ahora, sus políticas y las de la derecha apenas se distinguen”. Camps no cree que el partido de Podemos, que ha hecho de la cultura una de sus banderas electorales, “se interese más por ella que los demás partidos”. En cuanto al papel que la cultura haya podido tener en la “reideologización” de la sociedad, la autora de El gobierno de las emociones otorga un rol importante a los populismos de derechas y, en concreto, a los nacionalismos. “Si hablamos de la cultura en sentido antropológico, es evidente que ha habido una reideologización de la sociedad al inculcarle el valor de las identidades culturales nacionales o étnicas. Los populismos de derechas caen en ese peligro y, además, trivializan la cultura al privarla de lo que tiene de universal y reducirla a particularismos”. 

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