. Como todas las organizaciones antiguas, el PSOE posee un aparato formidable, en el que confían quienes han alcanzado el poder bajo sus siglas. No discuto su eficacia, pero me parece una estrategia arriesgada, porque cualquier maniobra, la menor presión sobre un humilde militante de base, puede convertirse en trending topic en diez minutos.
Esto no sería tan grave si ese mismo aparato que ahora pretende arreglarlo todo, no hubiera convertido al compañero Pedro en un héroe popular, un flamante símbolo del regreso de los orígenes. Hace poco, escuché a una responsable de su campaña mientras contaba que, en su largo viaje por España, Sánchez y su equipo duermen y comen en casas de compañeros, que les pagan los cafés y les llenan el depósito de gasolina. Confieso que su relato me emocionó, y eso que yo nunca voto al PSOE. Y no sé lo que puede hacer el aparato contra la emoción, pero me temo que no es mucho.
ALMUDENA GRANDES
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