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sábado, 12 de marzo de 2022

Buen relato de FJ. Martínez Carrión

 Nuestra Señora de los Llanos: de ermita, a hospital, beaterio y convento de monjas franciscas y capilla funeraria de los Juren y Jedler en Almagro.





Visto desde el aire, los edificios que componen el colegio Cervantes de Almagro dibujan una extraña forma, especialmente en el edificio del centro, que se cubre con un tejado en forma de equis superpuesta. Es curioso. Así me lo hizo ver el investigador Javier Alcaide. Estos edificios fueron construidos en los años veinte del pasado siglo sobre los terrenos que ocuparon el convento de las monjas franciscas. A finales del siglo XIX, el historiador local Federico Galiano y Ortega aseguraba que en ese terreno aún eran visibles bóvedas y restos de construcciones de ese convento, desamortizado en torno a 1836.

¿Se aprovecharon restos del convento para construir el colegio Miguel de Cervantes? La estructura de los tejados da que pensar y los muros que rodean todo el perímetro del colegio actual, también. O puede ser mera casualidad, claro.
En cualquier caso, estamos hablando de un convento histórico y de grandes proporciones, que en algún momento, en torno al siglo XVII, llegó a albergar hasta 70 monjas.
También sabemos que este convento tiene su origen en una primitiva ermita, construida en el siglo XIII por los maestres de la Orden de Calatrava bajo la advocación de Nuestra Señora de los Llanos. Los anales históricos de la orden de San Francisco en España y de la de San Juan de Dios coinciden en afirmar que la emita se levantó en un campo de ororuz (la planta del regaliz) donde se habría aparecido la Virgen. De ahí que la primera advocación fuera de Nuestra Señora de los Llanos de Ororuz, que, con el tiempo y por abreviar, perdería el apellido y se quedó solo con Nuestra Señora de los Llanos.
Los historiadores González Romero y Gómez Vozmediano han aportado un dato importante: en 1312 esta ermita ya contaba con una cofradía, según un documento del archivo del Sacro Convento de Calatrava en el que se detalla que una almagreña, doña Inés Martín, vende una era cerca de Pozuelo de Calatrava a los cofrades de Santa María de los Llanos de Almagro. Estaríamos, pues, ante uno de los edificios religiosos más antiguos de Almagro.
A mediados del siglo XV y bajo el mandato del maestre de la Orden de Calatrava Pedro Girón, primero su madre y luego la que terminaría siendo la madre de sus hijos, Isabel de las Casas, se impulsó la construcción de un hospital para pobres anejo a la ermita, regentado por la cofradía de Nuestra Señora de los Llanos.
50 años más tarde, en 1492, el cardenal Cisneros, por mandato de la reina Isabel de Castilla, ordena construir un beaterio al lado de la ermita y hospital. Cisneros estuvo en varias ocasiones en Almagro para supervisar estas obras. Y, cuando las obras acabaron, entregó el beaterio a las beatas franciscas, quienes se trasladaron a este moderno edificio desde otro que ya poseían en Almagro. Impulsó la mudanza la beata y almagreña Catalina Sánchez.
A finales del siglo XVI, las beatas se convierten en monjas, deciden acogerse a clausura y comunican al Consejo de Órdenes que no pueden atender el hospital. La cofradía de Nuestra Señora de los Llanos intenta gestionar el hospital, pero es un fracaso, por lo que al final los administradores calatravos llaman a la Orden de San Juan de Dios para que se hagan cargo del mismo. Ante lo reducido del hospital y su deficiente mantenimiento, los frailes de San Juan de Dios trasladan el hospital y construyen su nuevo convento en la actual calle San Agustín de Almagro.
Liberadas las monjas franciscas de servidumbres y de vecinos molestos, su convento pasó a ser uno de los más poderosos del final del siglo XVI y comienzo del XVII en Almagro, hasta el punto de que su iglesia –la antigua ermita de Nuestra Señora de los Llanos- pasa a convertirse en la capilla funeraria de los Juren y Jedler, administradores de los banqueros alemanes Fúcares, administradores de las minas de Almadén y de la Mesa Maestral de Calatrava, cuyos palacios renacentistas estaban ubicados en las inmediaciones de este convento.
Hasta que, ya en el siglo XIX, las monjas franciscas fueron obligadas a abandonar su convento por las leyes desamortizadoras. Sus edificios y todo lo que contenían en su interior fueron vendidos, hasta que a finales de la segunda década del siglo XX, bajo la dictadura del general Primo de Ribera, sobre su solar se construye el actual colegio Miguel de Cervantes.
Bibliografía: ‘Entre el cielo y la tierra: Advocaciones marianas y naturaleza en la provincia de Ciudad Real’ por José Rafael González Romero, Universidad Popular de Puertollano; y Miguel Fernando Gómez Vozmediano, Universidad Carlos III de Madrid

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