Poco se conoce de las visitas que el rey Felipe II (1527/1598) hizo a Almagro y al Campo de Calatrava. Está documentada su visita al castillo convento de Calatrava la Nueva en 1560. De aquella regia visita queda el camino empedrado que aún asciende hasta el castillo.
Pero pocos datos hay de una breve estancia del rey en Almagro en 1570, un año muy complicado ya que el imperio español estaba en guerra en Flandes y aquí, en casa, se combatía contra los moriscos que se habían sublevado en Las Alpujarras de Granada.
Pues, en 1570, Felipe II, quien andaba en tratos con sus primos del imperio austro-húngaro para casarse –sería su cuarto matrimonio- con Ana de Austria, se detiene en Almagro, quizás camino de Andalucía.
El rey ya padecía sus conocidos ataques de gota y es posible que un agravamiento de su dolencia le hiciera recalar en Almagro.
Así lo cuentan sus cronistas: “(…) Los ataques de gota se hacían más frecuentes; además en el mismo mes en que esperaba la llegada de su nueva reina –Ana de Austria-, pasando por una ciudad llamada Almagro, hubieron de aconsejarle sus médicos que bebiera agua de una fuente agria que, según dicen, tiene la virtud de curar muchos achaques: bebió en efecto de la dichosa agua y le dio luego al punto un flujo de vientre que le ha durado siempre después, de tal manera, que se halla muy demacrado”.
Mal recuerdo se llevó el rey prudente de Almagro. Afortunadamente, el malestar no fue a mayores y pudo casarse con Ana de Austria, de cuyo matrimonio nacería el futuro rey Felipe III. La continuidad de la monarquía estaba garantizada. De lo contrario, la historia de España hubiera sido otra.
(facebbook F.J. Martinez)
Esta narración es buen síntoma del evento cultural que le falta a Almagro, un festival de música antigua, por ejemplo con las magníficas melodías de muchos artista en los reinados de Felipe II y Felipe III.
Ahí queda la idea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario