La supresión del servicio de venta de billetes en las estaciones de nuestra provincia supone un retroceso, un varapalo y, lo que es peor, un síntoma más de la decisión de apostar únicamente por el tren de alta velocidad y por las estaciones de las grandes ciudades que proveen muchos pasajeros, olvidando el tren convencional y degradando o suprimiendo el servicio al mundo rural y a quienes lo habitan.
Así no se ayuda a superar la despoblación del mundo rural.
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