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miércoles, 20 de noviembre de 2019

Waterloo y Almagro

 Del facebook de Francisco José Martinez Carrión,
gracias por sus investigaciones.

Los 200 años del Museo del Prado y el almagreño mariscal Nicolás Miniussir
Se conmemora estos días el 200 aniversario del Museo del Prado y siento que nadie se haya acordado de un héroe militar, el mariscal de campo Nicolás de Miniussir y Giorgeta, un austriaco al servicio de España y con residencia en Almagro (Ciudad Real) durante muchos años del siglo XIX, quien con su determinación hizo posible que existiera el Museo del Prado.
Fue en 1815. Napoleón había sido derrotado definitivamente un año antes en Waterloo y las potencias europeas establecieron un nuevo orden con la Paz de París. España quedó relegada a un segundo plano. Así y todo, sus embajadores y, sobre todo, el general Álava y el capitán Miniussir, consiguieron lo que parecía imposible: rescatar las obras de arte que el ex rey francés José Bonaparte había sustraído de España y llevado a París. En su retirada de España, los franceses desvalijaron el Palacio Real y la Academia de Bellas Artes de San Fernando, además de iglesias, monasterios y casas nobles, y se llevaron centenares de obras de arte de incalculable valor a París. Y las pusieron a buen recaudo en El Louvre.
El gobierno del repuesto rey Fernando VII no conseguía por vía diplomática la devolución de las obras de arte robadas, así que, en un acto de osadía y riesgo calculado, el general Álava ordenó al capitán Miniussir que entrase por la fuerza en El Louvre. Y lo hizo con el respaldo de doscientos soldados, a bayoneta calada, prestados por el general británico Wellington, a quien Álava y Miniussir sirvieron durante toda la guerra hasta la batalla decisiva de Waterloo.
La decidida acción de Miniussir consiguió la recuperación de decenas de cuadros de Velázquez, El Greco, Ribera, Zurbarán y tantos otros que hoy son la base del Museo del Prado, así como herramientas de la Imprenta Real de Madrid e innumerables muestras de flora y fauna de las expediciones científicas españolas a Iberoamérica.
Como premio a su decisión, Miniussir fue ascendido a teniente coronel y recibió la medalla de San Fernando de primera clase. Y la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en agradecimiento, le nombró académico, puesto que ocupó hasta su muerte.
Este militar, héroe de guerra, íntimo de Wellington, progresista, liberal y demócrata se instaló en Almagro a mediados del siglo XIX donde vivió durante más de veinte años. Fue uno de los mayores compradores de bienes desamortizados de la iglesia. Pero de su memoria, desgraciadamente, no queda rastro en Almagro. Una pena.
Para más información en el número 5 de la revista Arte y Pensamiento, editada en Almagro en 2014: “Nicolás Miniussir, el héroe de Waterloo que se instaló en Almagro”

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