La calle es el concepto más importante que debe asumir la política. Es en la voz libre de los ciudadanos, con sus emociones expresadas en colectivo, quienes muestran a la política su decisión libre y sin jerarquías. Es el resumen de lo que siente un país. Y eso tiene que leerse y traducirse.
Con la emoción se clama. Se reflexiona con la razón y esa es la tarea de las instituciones: traducir una emoción colectiva en soluciones. Que la política aprenda de la calle.
Fuente.-eldiario.es
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