YA NO VALEN NI LAS EXPLICACIONES, NI LAS COMPARECENCIAS
Mariano Rajoy no puede permanecer ni un día más al frente del Gobierno de España. Ya no valen ni las explicaciones, ni las comparecencias en el Congreso, ni pedir perdón por sus errores, errores humanos, como él diría. Ya no vale nada de eso. Mariano Rajoy, además de no cumplir nada de su programa, que solo por eso ya debería haber dimitido hace tiempo, además, está el tema de la corrupción, que no tiene límites, que no tiene escapatoria, que no ha dado ni una en el clavo, que solo ha tomado decisiones "simuladas y en diferido", es decir que no ha tomado ninguna.
Esta semana, como muestra, ha perdido toda credibilidad; si es que le quedaba alguna. Yo creo que en el tema de la corrupción la tiene perdida desde hace mucho tiempo. Pero lo de esta semana ya es de Guines. El Partido Popular organiza una convención en Cáceres, "por el buen gobierno", agárrense bien a la barandilla: "por el buen gobierno". Y se encuentra de bruces con un anfitrión, llamado Monago. Ahí es nada. Esperpéntico. Todo el auditorio en pie aplaudiendo, Monago llorando, y Rajoy apoyándolo. Un Monago que se ha mostrado siempre muy exigente con Rajoy, para que tomase medidas más contundentes contra los corruptos.
Obligado por esta "cosa", cambia de criterio y anuncia que va a comparecer en el Congreso a finales de noviembre, para presentar medidas. No ha contado con "las cosas" que pueden aparecer de aquí a esa fecha. Porque no hace más que salir de la convención "por el buen gobierno" y se encuentra en los periódicos con que la jefa de la Abogacía del Estado, ahí es nada, nombrada por él al llegar a la Moncloa, es sobrina del tesorero del PP, imputado por corrupción. Pero, es más, hasta ese día había ocupado la secretaría de la empresa Sacyr cuando le dio los 200.000 euros a Cospedal para su campaña -reconocido por ella-, a cambio de ciertos contratos.
¿Y mañana, habrá más? Desde aquí hasta su comparecencia a finales de noviembre ¿cuántas "cosas aparecerán? Ya no son algunos casos, muchos o pocos, de corrupción, es que el sistema estaba absolutamente corrompido, desde hace muchos años. Y en paralelo presionando sobre las instituciones responsables de vigilar "estas cosas". ¿Transparencia…, y la credibilidad? Ya no valen las explicaciones que hemos exigido algunos; no vale; solo vale hacer las maletas y marcharse.
Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com
Publicado en dclm de fecha 12 de noviembre
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