La Compañía Nacional de Teatro Clásico estrenará esta obra en Madrid el 27 de febrero próximo y estará con ella en la segunda quincena de julio 2015 en ALMAGRO, como parte de la programación del Festival de Teatro Clásico.
¿Qué responsabilidad tiene un monarca frente al pueblo que gobierna? ¿Qué sucede cuando la máxima institución del Estado antepone sus deseos o intereses a los de su nación? ¿O cuando está mal asesorado por sus consejeros? ¿Qué espiral de caos, de violencia y de desorientación puede proyectar la corona sobre la Corte y el Estado entero? ¿Cuántas víctimas pueden quedar como rastro de un infame reinado?
Estas, a pesar de su elocuente actualidad, son algunas de las preguntas que Calderón plantea en este drama. La cisma de Inglaterra es una obra de juventud de Calderón pero en la que ya residen muchos de sus temas capitales.
La determinación del destino propia del neoestoicismo frente al libre albedrío que defiende Calderón, la responsabilidad de un monarca ante su pueblo, y la importancia de obrar bien más allá de los intereses individuales son algunos de esos motivos constantes en su obra. Bajo el aspecto de un conflicto teológico sobre la ruptura de la iglesia anglicana y con la aparente forma de un drama histórico, adecuadamente adulterado por Calderón para sus propósitos propagandísticos, lo que aflora es un drama humano de dimensiones titánicas.
Un hombre en constante huida hacia adelante de sus propias contradicciones y dudas, una víctima de su pasión y su lujuria, provoca un cataclismo político, religioso y humano en una corte que se desnorta con su pérdida. Enrique es víctima y verdugo de su reino.
La cisma de Inglaterra es un texto prolijamente estudiado en su aspecto literario pero olvidado, como tantos, fuera del canon y del repertorio habitual, condenado al destierro de los escenarios. Gracias al CNTC y a su coraje vuelve ahora al territorio que le pertenece.
Ignacio García | Director del montaje
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