Escribe Soledad Gallego Diaz.
". Ni el año pasado ni este, al parecer, el señor Lesmes tiene previsto recriminar su actuación a los dirigentes del Partido Popular, únicos causantes de semejante situación. El silencio del presidente del CGPJ al respecto tiene consecuencias graves, porque al ocultar quién es el responsable de unos hechos que “debilitan la independencia judicial” traslada el coste de semejante daño al sistema en su conjunto.
Con su silencio, Carlos Lesmes se ha convertido en cooperador necesario de una estrategia de desgaste del sistema constitucional, de un asalto descarado al sistema que diseñó la Constitución de 1978, un sistema gracias al cual precisamente él mismo fue elegido para el puesto que ocupa. Difícilmente podrá evitar que todo su mandato quede definido por esa cooperación necesaria. .
Ahora lo dice pero. Carlos Lesmes parece haber tardado 1.000 días en observarlo. Como el capitán Renault de Casablanca, que recoge los beneficios de la ruleta en el local de Rick Blaine (Humphrey Bogart) y después exclama: “¡Qué escándalo, aquí se juega!”..
Lo increíble es que una persona con cargo político relevante como el secretario general del PP, Teodoro García Egea, crea que puede utilizar como argumento para bloquear el cumplimiento de una obligación constitucional la simpleza de que “no se fía” de las intenciones del Gobierno. Como si un ciudadano pudiera dejar de pagar sus impuestos municipales porque “no se fía” de la honradez del partido que lo gobierna."
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