Se vive en Almagro de ensoñaciones. Un querer y no poder. Ello a cuento de la convocatoria de un concurso de rehabilitación de edificios.
Se premia con el 10% de los impuestos de obras. Parece una ridiculez, bastante desmotivador para el vecino, no incentiva la rehabilitación. Parece un dulce sin azúcar.
Hay buenas ideas pero no se remata.
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