Este fin de semana en algún medio de comunicación provincial,
hemos podido leer unas declaraciones de todo un Senador Popular, seguramente
dictadas desde una limitada reflexión intelectual. No eran declaraciones sobre
su trabajo en el Senado del Reino de España, ni tan siquiera sobre medidas del
Gobierno Central. Eran sobre la Oposición Socialista, reiterando el juego
semanal de arrear al contrario, como trabajo partidista que supongo hará en su
tiempo libre.
El sesudo portavoz ha venido a declarar que “el PP se dedica
a la regeneración democrática y el PSOE a la degeneración democrática”. Llevo
varios años al margen del mundo político pero
estas declaraciones me cargan las pilas para volver a una acción
política más directa y comprometida. Estas constantes declaraciones del “tú
más”, o ese juicio sin defensa de “tú eres el malo de la película”, desmoviliza
al ciudadano que siente su hartazgo desbordado como tormenta en tarde
borrascosa. Confieso que en mi, produce el efecto contrario.
Arrogarse ser los paladines de la regeneración democrática
cuando se bajan salarios oficiales, se recortan servicios básicos y derechos
ciudadanos, se gobierna con la vista en el retrovisor y con premisas opuestas a
lo que se juró en el programa electoral; cuando se hace todo eso, por lo menos
podemos calificarles de ser poco humildes. La regeneración es otra cosa, es
dejar participar a los ciudadanos, consultarles, preguntarles, escucharles ,
buscando el afamado consenso y no el manido recurso de meter el dedo en el ojo
a quien discrepe.
Esto sí que es degeneración democrática, término que casi es
sinónimo de borrachera de poder. Estas declaraciones de argumentario barato, se
hacen desde ese absolutismo desbordado, sin pensar que desdicen a quien lo
escribe y a quien lo recita, que no aportan nada a la necesaria pedagogía
política dirigida a una sociedad que se aleja peligrosamente de sus
representantes institucionales, por culpa de esos mismos representantes.
El Senador en cuestión, también critica en las declaraciones
que comento, el modelo de Primarias con el que los socialistas de la Capital
van a elegir a su próximo/a Candidato a la Alcaldía de la Capital. Opina que es
una “forma egoísta de hacer política cada vez más alejada de la realidad y de
lo que verdaderamente importa a los ciudadanos”. Por lo visto, la dedocracia es
más regeneracionista.
Si me permite discrepar de su augurio, tengo la opinión
contraria, las elecciones primarias sólo tienen ventajas ya que conforman
equipos desde su convocatoria, se fortalece el sentimiento colectivo de
participación democrática, los militantes se sienten útiles y conforman
decisiones importantes lejos de cambalaches y peloteos de despacho, son una
imagen de credibilidad para el exterior ya que se es más creíble cuando se
oferta participación externa si previamente se ha practicado en el interior .Y,
desde luego, son un impulso colectivo de autoestima y de legitimación del
Candidato o Candidata.
Decía el antropólogo
alemán Virchow que: “ la libertad no es poder actuar arbitrariamente sino la
capacidad de hacerlo sensatamente”. Ya ve Sr.
Senador, podemos pensar de manera diferente sobre la regeneración y la
degeneración democráticas. Y no pasa nada.
Ángel López Jiménez
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