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martes, 15 de octubre de 2013

"Parque Fisac"

En el último Pleno Municipal, correspondiente a septiembre, uno de los acuerdos consistió en bautizar con el nombre de Miguel Fisac al "parque de San Pedro".Como diría mi abuela "ya son ganas de ganeta".Nos parece de perlas el celebrar un homenaje a un excelente arquitecto con motivo de recordar el centenario de su nacimiento. Fisac es verdad que estuvo muy ligado a Almagro, por las obras de restauración que hizo, como la torre del Monasterio de la Asunción ( Dominicos), el Palacio Fúcares, el Teatro Principal,etc. Y las obras nuevas que realizó como su propia casa o la vivienda enfrente a la suya en la C/Cruces.

Pero hay cosas que se hacen bien o no se hacen. El "parque "de San Pedro o del cementerio, ni "es pàrque ni es na". No se puede llamar pomposamente parque a aquello que es más menudo, unos pequeños jardines o jardinillos, que también se ha dicho en Almagro, de toda la vida. No es parque pues su variedad vegetal brilla por su ausencia, más bien hay olivos y cardos. Quizá quisieron asemejar "el huerto de los olivos" en su diseño y construcción.

Lo cierto es que los citados jardinillos o pequeño parque, que para el caso es lo mismo, es lo más feo, horroso,detestable  y hortera que uno pueda echarse a la vista.Es una amalgana de piedra volcánica con piedra artificial que pegan como a un santo dos pistolas.

Lo que está claro es que en su origen no se construyó para dedicárselos a Fisac; si así hubiera sido se habría incluido algo de agua, que era un elemento querido por el arquitecto daimieleño.Alguien ha llamado a Miguel Fisac el "poeta de la arquitectura". Y desde luego si tuviesemos que definir toda la obra de Fisac lo adjetivaríamos de elegante. 

Los citados jardines del cementerio nos  recuerdan cualquier cosa, menos poesía o elegancia. No hay característica alguna de la obra de Fisac en esos jardines, que además torturan a la pequeña ermita, obra del artista mencionado.

Un acuerdo desdichado, aceptado por la Oposición, que debió dar alguna otra alternativa, o bien proponer un cambio en los citados jardines, para aligerarlos de tanta columna, añadirles un poquito de agua y algo más de plantas y flores.El basalto cerca de un volcán estaría mejor que en ese rincón de Almagro, rincón que con otra sensibilidad, debió de quedar atractivo y encantador, y no dañar a la vista como ocurre en la actualidad.

Pero le hemos dedicado a Fisac unos jardinillos, que él habría negado hasta tres veces.





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