Madrid,
marzo 2015.- Cuando los tiempos asaltaron la capital calatrava
invadiendo su universidad con un almacén de maderas, el Corral con una posada, o
destruyeron San Bartolomé redondeando sus naves en plaza de toros, todo podría
prever que correría la misma mala suerte que otros hermosos conjuntos urbanos
del entorno, como la cercana ciudad real de Alfonso X el Sabio.
A pesar de ya no ofrecer la valiosísima imagen de
su curiosa silueta protegida por murallas tan increíbles como un espejismo en
plena Historia; similar a la sorprendente aparición de Kalat al Rabat levitando
sobre la inmensidad de la llanura mojada. Hoy, la más bella de las ciudades
manchegas y desde hace unos días merecidamente reconocida oficialmente como uno
de los pueblos más bonitos de España, es el tesoro y el documento vivo más
completo de la esencia manchega. Popular, señorial, conventual, caballeresca,
universitaria, escenográfica, cinematográfica, exótica y universal.
Su incalculable valor reside en la amplitud de un
Conjunto Histórico Artístico cuidado al detalle y tratado de forma total,
expandiendo su influencia a todo el casco urbano. Donde predomina la blancura de
sus calles, contrastadas con agradables fachadas de tonalidades tierra o
aparejadas con hiladas de ladrillo rústico. Todo armonioso y elegante. Bien
integrado en un estilo unitario con las variantes que permiten elegir la
tipología manchega. También enfoscados tierra, mampostería de tapial, piedra de
sillería, sillarejo o ladrillo rústico. Componiendo un entramado atractivo y
acogedor. Transmitiendo en el visitante el bálsamo terapéutico que la belleza
aporta a quien la percibe, contempla y disfruta.
Para los que estamos habituados desde pequeños a
paladear cada actuación que a lo largo de los años ha rejuvenecido su hermosa
antigüedad, nunca nos cansamos de pasear sus pulcras calles, con el mismo placer
que nos adentra a través del buen gusto de los patios, pasillos y salones del
parador de Santa Catalina. Otro de los mundos de la ciudad.
La gran maestra calatrava que debe servir de
espejo que refleje su ejemplo a la provincia entera, nos enseña con la calma y
la paciencia del saber de una encajera, que son muchos los hilos imprescindibles
para que la trama afiance la multitud de filigranas así como los inconvenientes
que en el paño de las circunstancias van urdiendo una obra de arte tan valiosa
como esta irrepetible pieza de blonda tendida al sol cervantino las luminosas
mañanas de julio teatral; como si Don Quijote desposase a Dulcinea apadrinados
por los Fugger, los Xelder y los Welser, al amparo fantasioso y creativo de la
manifestación cultural más relevante de La Mancha en su Festival Internacional
de Teatro. Discurriendo el exotismo reverdecido de la plaza, retornando al color
almagre de las zapatas, engalanada de nuevo con la tonalidad que da nombre a la
ciudad.
A Almagro le falta saber que posee el duende
indescriptible que nadie verá jamás pero que sentimos los privilegiados que
contenemos la capacidad de sentirlo ante la contemplación de lo auténtico y lo
bello. Lo hemos visto en Toledo, en Sevilla, Granada, Lisboa, Úbeda, Roma,
Barcelona, Baeza y tantos hermosos lugares por los que al pasear sus calles
transita contigo aunque nunca lo veas, ese genio capaz de ofrecer la inspiración
que hubiera alimentado y seguro que alimentará mentes artísticas capaces de
crear poemas, historias o sinfonías igual de magníficas que aquellos que
revistieron barroco al renacimiento construyendo en mitad de La Mancha, un
pedazo de Italia con las mismas piedras que dieron luz a La Piedad o el David
de Miguel Ángel, llamándolo Asunción Calatrava.
Almagro posee mucho. Entre otras cosas, la
responsabilidad de ser escaparate e imagen de una parte de la cultura española
que transciende a lo universal. El cofre de caudales que atesora parte del Siglo
de Oro en el recinto del Corral de Comedias es o debiera ser, patrimonio de la
humanidad porque es único en el Mundo, auténtico desde los cimientos hasta las
tejas y porque allí vive un mundo que habitó en la capital de un imperio que
influenció a medio mundo cuando en Madrid, estos corrales, como el del Príncipe
representaban a Lope o a Calderón.
En Almagro se almacenó el mercurio del yacimiento
más importante del Mundo, curiosamente hoy catalogado como un legado a la
humanidad. El mismo mágico mineral que enriqueció a los prestamistas alemanes y
fluyó en las fuentes de Medina Azahara.
Pueblo que supo salvar los magníficos frescos de
las bóvedas de San Agustín, honrando su pasado y enriqueciendo nuestro futuro.
Ciudad inspirada en la magia del teatro, capaz de recrear un hermoso barrio
interpretando la esencia constructiva del entramado de zapatas y pies derechos
que cautiva por su elegancia y sencillez.Lugar donde Fisac elevó la
funcionalidad estética de la arquitectura manchega al nivel del arte
académico.
Pueblo con el honor de enorgullecer a España
entera y responsable de atender turismo internacional, para satisfacción de los
sufridos manchegos. Tan acostumbrados al duro quehacer cotidiano y a escasas
alegrías vitales. Que por fin en su ciudad más hermosa podrán tener un referente
donde mirarse y aprender para extender tan buen hacer al resto de la provincia,
reconvirtiendo lo que la adversidad y la falta de mejores oportunidades nos
adulteró y puede recuperarse.
Don Quijote estaría deseando contar que en su
Mancha universal, nuevas generaciones de personas mejor cualificadas comienzan a
sentir amor propio por su cultura, su imagen, su identidad. Y comienzan a darse
cuenta del cúmulo de valores que representa para reactivar la vida y la economía
construir nuestros pueblos conforme a su identidad, integrándolos en la
modernidad sin adulterar su integridad.Para servir de espacios hermosos para
vivirlos, compartirlos y rentabilizarlos con los mismos ojos de sorpresa y
maravilla que los japoneses descubren en los molinos de Campo de Criptana, las
calles de El Toboso, el palacio de El Viso, Las Virtudes, Puerto Lápice, las
Lagunas de Ruidera, Villanueva de los Infantes, San Carlos del Valle, Minas de
Almadén o el Campo de Montiel. Aspiremos a la calidad en todo y todo cuanto nos
rodea será de mejor calidad para nuestras vidas.
Gracias Almagro. A tu gente y a quienes con su
empeño y su trabajo han hecho y hacen posible que poseamos algo tan incalculable
que además aporta valor al patrimonio manchego y al mundo en general. No te
duermas en los laureles y aspira siempre a lo mejor y la excelencia en la
calidad. Porque lo mereces
Salvador Carlos Dueñas Serrano
(fotografía: FOTO LUIS. J Palomino
(Fuente.- Almagro Noticias .com)
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