En mayo del año que abre las puertas se celebrarán elecciones locales y autonómicas. Es el momento de decir adiós a la peor versión del Partido Popular que, durante muchos años, aspiró a arrebatar el poder al socialista José Bono.
Cuando al fin lo consiguió, ya en la etapa de Barreda, el PP tuvo la mala suerte de sentar en la presidencia de la comunidad a María Dolores de Cospedal, muy probablemente la política española menos valorada en la actualidad. Si exceptuamos a los cuatro que trabajan con ella en la Región y que han tratado de tapar sus vergüenzas políticas, es muy difícil escuchar a alguien que alabe su labor en nuestra comunidad y en el Partido Popular. Todo lo contrario. Es una sensación generalizada y plagada de razones que ya no pueden taparse con más triquiñuelas dialécticas, con más mentiras.
Se abre un año a la esperanza hacia el cambio en la comunidad autónoma que más ha sufrido el deterioro de una política sin sentido, de un partido político plagado de corruptos que debe iniciar un largo proceso de lavado de cara, de cambio de líderes que quizás un día devuelvan otra vez la confianza en el Partido Popular.
elObservadorDclm de 2-1-2015
Se abre un año a la esperanza hacia el cambio en la comunidad autónoma que más ha sufrido el deterioro de una política sin sentido, de un partido político plagado de corruptos que debe iniciar un largo proceso de lavado de cara, de cambio de líderes que quizás un día devuelvan otra vez la confianza en el Partido Popular.
elObservadorDclm de 2-1-2015
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