Estos días el país anda revuelto, más de lo normal. Nos quieren distraer con las banderas y los convencionalismos, con los lugares comunes mas banales .Mientras nos distraen, los trileros siguen a lo suyo.
Nos podemos sentir fríos o con sueño, o eufóricos, o deprimidos ,envidiosos, doloridos, ávidos, tranquilos...¿pero español?. ¿Cómo podemos sentirnos cada uno de nosotros español. catalán o almagreño?.¿Cómo puede uno sentirse el suelo donde habita o donde nació?.
Podríamos hacer el experimento de comer un puñado de tierra de nuestro terruño patrio. ¿Qué pasará? .Lo lógico una digestión pesada .¿Será eso el patriotismo?, ¿ ardor de estómago?.
Si con este experimento desmontamos tópicos nos dirán enseguida que no, que "España es su gente". Y claro, ahí es donde con la iglesia hemos topado. Ayer sentenciaban al antiguo jefe de los empresarios, los jueces también han condenado recientemente a Fabra, y a Matas; lo de Blesa o Bárcenas estará al caer, la gurtel y los sobres en negro sobrevuelan nuestras cabezas.
Definitivamente España no es su gente. Si me dijesen que España es su gente corriente, la que suda, hace cola en las oficias del paro o la que no llega a fin de mes ..entonces empezaría a creer más en esa patria común de los sueños compartidos. Sin banderas apropiadas por unos pocos, incluso con la sola bandera de la inclusión social.
Que no nos vendan burras de identidades nacionales mientras nos roban la cartera de estar cerca del que más nos necesita. Por Navidad y por el resto del año.
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