El pasado domingo fue presentada en sociedad la guarrilla Gresca, por parte de la Hermandad de San Antón de Almagro. Es una vieja tradición ,rifar este cerdo en esa fiesta de los santos viejos, tras haber sido criado por los vecinos.
Por si lo raptan o secuestran, la tradición se ha cambiado y ahora permanece entre rejas, enjaulado y engordando hasta los 150 kilos, que será su peso aproximado, llegada la fiesta del santo de los animales.
Menos mal que no se llama Armando Gresca, aunque esos pudieran ser los nombres de sus progenitores. Es un animal como la vida misma, lleno de enfado, de furor, de resignación ante las rejas que ahora lo protegen. Servirá para que una familia pase mejor alimentada el invierno. Llegado mediados de enero la "matanza" traerá nuevamente ecos de tradición: los somarros y las migas, mientras se hacen los chorizos, las morcillas y las orzas de lomo y costillas. Las manos artesanas cuidarán en la artesa, con sal y pimentón, esas patas del animal del que todo se aprovecha.
Es un buen momento esta Navidad para visitar el Museo Etnográfico Almagreño y observar todos los utensilios que se necesitaban en una "matanza", además de la cocina tradicional para secar y ahumar los manjares del cochino animal.
Gresca tiene los días contados pero mantiene viva una tradición y, ya se sabe, que las tradiciones son la memoria de los pueblos.
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