En el digital Diario de Castilla La Mancha, de fecha 31 de mayo, encontramos un magnífico editorial, que suscribimos completamente, y por ello lo copiamos para los lectores de Almagro Post.
Cospedal se esconde del Corpus y pone un cerco al Día de la Región
La
procesión del Corpus es la principal fiesta de la capital regional, fue
declarada en 1980 de interés turístico internacional. No es preciso dar
más detalles porque está situada en el corazón de todos los toledanos y
de los miles de turistas que acuden a presenciarla cada año.
Para
todos ha sido una sorpresa que la presidenta de Castilla-La Mancha no
haya estado presente este año en el Corpus toledano tras lucir en años
anteriores su recogimiento religioso, su don de gentes, su peineta y su
mantilla.
Ya es habitual que nuestra presidenta esté más fuera
que dentro de la región, demasiado habitual. Pero de ahí a no acudir al
Corpus toledano hay un abismo que solo puede explicarse por el miedo de
la propia presidenta y de sus asesores ante las protestas de los
castellano-manchegos contra su política de recortes, abucheos que se
repiten cada vez que Cospedal camina por las calles de la Región. El
temor a esas manifestaciones públicas de desaprobación le ha llevado en
este día de Toledo a Bruselas. Pueden intentar vender que era una
reunión vital, muy importante, pero no es cierto. Aunque lo fuera, el
Corpus toledano debe estar por encima de todo para una presidenta de la
Región.
Cospedal regresó de Bruselas para asistir al Día de
Castilla-La Mancha, el Día de la Región. Aquí no podía faltar pero si
podía, y lo hizo, montar un cerco, algo que recuerda a los fosos de los
castillos medievales, una barrera de seguridad de tres kilómetros para
evitar las manifestaciones populares.
Tal vez Cospedal tendrá que reflexionar un poco sobre su ausencia del Corpus y el cerco en el Día de la Región.
Tal vez Cospedal tendrá que reflexionar un poco sobre su ausencia del Corpus y el cerco en el Día de la Región.
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